Varios científicos contribuyeron al descubrimiento y comprensión del hidrógeno. En 1766, Henry Cavendish, un químico británico, realizó una serie de experimentos relacionados con la reacción de metales con ácidos e identificó la presencia de un "aire inflamable" al que denominó "aire inflamable". Cavendish estudió cuidadosamente las propiedades de este gas y su proceso de combustión, pero inicialmente lo identificó erróneamente como flogisto, una sustancia hipotética que en ese momento se creía responsable de la combustión.
Posteriormente, en 1783, Antoine Lavoisier, un químico francés, repitió los experimentos de Cavendish e identificó correctamente el misterioso gas como un nuevo elemento. Lavoisier también acuñó el nombre "hidrogéne" (que significa "formador de agua") debido a su propiedad de formar agua cuando se combina con oxígeno. Demostró que el agua se compone de dos partes de hidrógeno y una parte de oxígeno.