El equipo, dirigido por el profesor asistente de ingeniería mecánica y ciencia de materiales Abdón Peña-Francesch, desarrolló un nuevo tipo de material compuesto que se compone de una matriz fuerte y quebradiza y un refuerzo blando y resistente. El refuerzo está formado por pequeñas gotas de un líquido que está encapsulado en una carcasa de polímero. Cuando el material se daña, las gotas se rompen y liberan el líquido, que luego llena las grietas y cura el daño.
Los investigadores descubrieron que la adición del refuerzo blando y resistente aumentaba significativamente la dureza del material sin sacrificar su resistencia. De hecho, el material era incluso más fuerte que la frágil matriz original. Esto se debe a que las gotas de líquido actúan como una fase de sacrificio que absorbe energía y evita que las grietas se propaguen.
Los investigadores creen que esta nueva clase de materiales podría tener una amplia gama de aplicaciones, como en la construcción de puentes, edificios y aviones.
"Estos materiales podrían potencialmente revolucionar la forma en que diseñamos y construimos estructuras", dijo Peña-Francesch. "Al combinar resistencia y dureza, podemos crear materiales que sean más resistentes a los daños y que puedan durar más".
La investigación fue publicada en la revista Nature Materials.