Necesitamos formas mejores y más rápidas de monitorear el deterioro de la salud de los ríos de Nueva Zelanda, y el uso del ADN ambiental puede ayudar
Una pequeña muestra de agua de río puede ayudar a detectar la presencia de muchas especies. Crédito:Michael Bunce y Simon Jarman, CC BY-SA
Los ríos de Nueva Zelanda no están en buen estado. El último informe sobre agua dulce del Ministerio de Medio Ambiente muestra que aproximadamente el 45% de la longitud total del río ya no es apto para nadar y el 48% es parcialmente inaccesible para los peces migratorios en peligro de extinción.
La ciencia es clara. Los aportes de nitrógeno y fósforo, junto con las especies invasoras, estresan a algunos ríos hasta el punto de que no pueden sostener ecosistemas saludables. El estado de los ríos y de las aguas subterráneas también influye en la calidad del agua potable.
La intención del gobierno de reemplazar la declaración de política nacional sobre la gestión del agua dulce vuelve a poner el tema de la calidad del agua dulce en el centro de atención nacional.
Pero independientemente de los debates políticos, dado el peligroso estado del agua dulce de Nueva Zelanda, se necesita un monitoreo efectivo basado en evidencia sólida para sopesar las compensaciones y comprender si estamos gestionando los ríos de manera sostenible.
Aquí es donde entra en juego el ADN ambiental (eDNA).
Aotearoa Nueva Zelanda siempre necesitará múltiples métodos para monitorear los miles de ríos y arroyos en todo el país, pero esperamos que nuestro nuevo método de eDNA ayude a hacer que el monitoreo de agua dulce sea más rápido, más barato, más completo y más adecuado para estudios a nivel nacional.
Los ríos están llenos de vida
La vida que se encuentra en los ríos de Nueva Zelanda es un componente vital de su salud. La diversidad microbiana degrada y recicla continuamente los nutrientes que sustentan la nueva vida y mantienen la salud de los ríos.
Ya sean peces, ranas o halcones, todos los organismos arrojan fragmentos de material genético al medio ambiente. Estas "migas de pan" de ADN proporcionan pistas vitales sobre lo que vive en la zona. Podemos probar todas estas señales de ADN sin siquiera ver un animal.
Proporcionado por The Conversation
Este artículo se vuelve a publicar desde The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.