¿Pueden las marismas servir como una solución natural para la protección contra inundaciones? Los investigadores del proyecto "Living Dikes" transportaron 62 grandes bloques de marismas, que contenían tierra y vegetación, desde la costa de Frisia hasta el Delta Flume en Deltares. Después de cuatro semanas de exposición a olas extremas, casi toda la marisma sigue en pie.
Para mantener a los Países Bajos bien protegidos, nuestros diques deben resistir olas de hasta 4 metros. Esto podría significar que sería necesario levantar kilómetros de diques. Lo que no se ha considerado es el efecto de las marismas. El concepto es que la vegetación ayuda a mitigar el impacto de las olas en los diques artificiales al disminuir la altura de las olas y, fundamentalmente, al estabilizar el suelo frente al dique. Sin embargo, debido a la limitada disponibilidad de datos, sigue siendo incierto hasta qué punto podemos depender de las marismas como componentes integrales de los sistemas de protección contra inundaciones.
En el Delta Flume, olas de hasta 4 metros recorren 70 metros de marisma. El profesor asistente de TU Delft, Alessandro Antonini, diseñó los experimentos durante el proyecto Living Dikes para ver si la marisma puede soportar tormentas extremas y si, y en qué medida, puede reducir la carga hidrodinámica del dique.
Después de cuatro semanas de pruebas y muchos días de "tormentas" artificiales, el experimento ha llegado a su fin. Antonini se sorprende al ver que la tierra todavía está ahí. "El nivel de erosión fue menor durante gran parte de las pruebas. Esperábamos que el suelo y la vegetación se erosionaran y dañaran mucho más y más rápido". Estas son señales de que quizás las marismas puedan resistir las tormentas más extremas en los Países Bajos.
Proporcionado por la Universidad Tecnológica de Delft