¿Alguna vez has mirado al cielo nocturno y te has preguntado:"Cómo se forman las estrellas? ?" El nacimiento de una estrella es un cautivador equilibrio de gas, polvo y energía.
La transición de partículas cósmicas silenciosas a cuerpos celestes radiantes es un proceso tan intrincado como magnífico. Continúe leyendo para explorar los pasos y etapas de la formación estelar, iluminando la evolución que ilumina el cosmos.
En el espacio, las nebulosas (nubes gigantes de gas y polvo) persisten en el frío y la monotonía. Piense en ellos como los pueblos tranquilos y adormecidos de nuestra Vía Láctea.
Ahora, imaginemos un recién llegado, tal vez un cometa fugaz o la onda de choque de una supernova distante, atravesándolo. Al igual que una motocicleta acelerando que despierta a toda una cuadra, estas perturbaciones desencadenan la formación de estrellas mientras lo revuelven todo.
Dentro de estas nebulosas ahora activas, las partículas chocan y comienzan a formar grupos. A medida que estos grupos acumulan más material, crecen en masa. Gracias a su propia gravedad, atraen aún más gas y polvo de la región de formación estelar circundante. Durante un millón de años (más o menos), estos grupos maduran hasta convertirse en cuerpos densos conocidos como protoestrellas.
Con suficiente calor y presión, el corazón de nuestra protoestrella se enciende, iniciando la fusión nuclear. Los átomos del gas hidrógeno comienzan a fusionarse, creando helio y liberando una inmensa cantidad de energía.
En este punto, sin embargo, la fuerza exterior de esta fusión no es suficiente para contrarrestar la atracción interior de la gravedad. Es como intentar encender un fuego con leña húmeda:hay calor, pero no el fuego que esperábamos... todavía.
Con el tiempo, a medida que la protoestrella atrae más material y se calienta más, las cosas llegan a un punto de inflexión. Cuando suficiente masa (piense en 0,1 veces la masa de nuestro propio sol) colapsa en la protoestrella, ésta experimenta una transformación dramática y ardiente.
Enormes chorros de gas estallan, eliminando el gas y el polvo restantes. Finalmente, la estrella alcanza un estado estable, donde la energía que emite equilibra perfectamente la atracción gravitacional que experimenta. ¡Felicitaciones, nuestra estrella ahora se ha unido a las filas de estrellas de la secuencia principal!
La vida útil de una estrella no es única para todos. Para estrellas como nuestro sol, se necesitan unos 50 millones de años para alcanzar la etapa de secuencia principal, donde permanecerá brillando durante unos 10 mil millones de años [fuente:NASA].
En el otro extremo del espectro, las estrellas masivas, especialmente las más masivas, como las estrellas Wolf-Rayet, viven rápido y se queman aún más rápido. Con masas al menos 20 veces mayores que la del Sol, brillan increíblemente calientes, pero se convierten en supernovas a los pocos millones de años de alcanzar la secuencia principal [fuente:NASA].
Nuestra galaxia, la Vía Láctea, alberga varias estrellas:desde estrellas de baja masa hasta estrellas de gran masa, desde estrellas de neutrones hasta sistemas estelares múltiples. Todos ellos tienen sus caminos únicos de evolución estelar, influenciados por su masa, el gas circundante y el medio ambiente.
Una de las regiones de formación estelar más famosas visibles para nuestros ojos (y telescopios) es la Nebulosa de Orión. Es un vivero estelar, un semillero de estrellas recién nacidas y permite vislumbrar las distintas etapas del nacimiento de las estrellas.
Ya sea que esté mirando una imagen del Hubble o mirando a través de un telescopio, esta nebulosa ofrece una vista espectacular.
Otra región icónica es la Nebulosa del Águila, conocida por sus "Pilares de la Creación". Estas enormes columnas de gas y nubes de polvo están repletas de actividad de formación de estrellas.
A medida que las estrellas viven y mueren, enriquecen el medio interestelar con elementos más pesados, asegurando que la próxima generación de estrellas y sistemas planetarios tengan los ingredientes necesarios para una química compleja y, tal vez, para la vida.
La danza de la formación estelar, la vida y la muerte estelar continúa en nuestra Vía Láctea y otras galaxias, asegurando que el cosmos siga siendo un lugar dinámico y en constante evolución.
Este artículo fue actualizado junto con tecnología de inteligencia artificial, luego verificado y editado por un editor de HowStuffWorks.