Por ejemplo, los estudios de Linda Cordell sobre el sitio Pueblo de Broken K en el Cañón del Chaco encontraron un número sustancial de esqueletos masculinos adultos no locales enterrados juntos dentro de la comunidad. Además, el traumatismo esquelético por heridas de batalla es bastante común en el registro arqueológico. Además, muchos pueblos fueron construidos como estructuras defensivas, con muros de hasta 3 pies de espesor y torres de vigilancia, lo que sugiere temor a un ataque.