* Estereotipos de género. A menudo se socializa a las mujeres para que sean más cooperativas y afectuosas que los hombres, mientras que a los hombres se les socializa para que sean más competitivos y asertivos. Esto puede hacer que las mujeres se sientan incómodas o vacilantes a la hora de participar en licitaciones competitivas.
* Falta de confianza. También es menos probable que las mujeres ofrezcan más como los hombres porque tienen menos confianza en sus habilidades. Esto puede deberse a una serie de factores, como la brecha de género en los campos STEM y el hecho de que las mujeres suelen estar subrepresentadas en puestos de liderazgo.
* Miedo al rechazo. También es menos probable que las mujeres ofrezcan más como los hombres porque temen el rechazo. Esto puede deberse al hecho de que las mujeres suelen ser castigadas por ser asertivas, mientras que los hombres son recompensados.
El estudio de la Universidad de Michigan citado en la pregunta encontró que las mujeres tenían más probabilidades de ofertar menos que los hombres en una situación competitiva, incluso cuando estaban igualmente calificadas para el trabajo. El estudio también encontró que las mujeres eran más propensas a atribuir su éxito a la suerte o al azar, mientras que los hombres eran más propensos a atribuir su éxito a sus propias habilidades.
Estos hallazgos sugieren que hay una serie de factores que pueden contribuir a la brecha de género en las licitaciones. Al comprender estos factores, podemos comenzar a abordarlos y crear condiciones más equitativas para las mujeres en situaciones competitivas.
Aquí hay algunas cosas que se pueden hacer para alentar a las mujeres a ofertar más como los hombres:
* Desafiar los estereotipos de género. Necesitamos desafiar los roles de género tradicionales que nos enseñan desde una edad temprana. Esto significa alentar a las niñas y mujeres a ser más asertivas y competitivas, y disuadirlas de tener miedo al fracaso.
* Generar confianza. Las mujeres necesitan tener oportunidades para desarrollar la confianza en sus propias capacidades. Esto se puede hacer a través de programas de tutoría, capacitación en liderazgo y otras formas de apoyo.
* Reducir el miedo al rechazo. Necesitamos crear un ambiente de trabajo donde las mujeres se sientan cómodas asumiendo riesgos y expresando sus opiniones. Esto significa valorar la diversidad de opiniones y recompensar a las mujeres por sus contribuciones.
Al tomar estas medidas, podemos crear un campo de juego más nivelado para las mujeres en situaciones competitivas y animarlas a pujar más como los hombres.