1. Aumento del gasto del consumidor:
A medida que mejoran las condiciones económicas, los consumidores se encuentran en una mejor posición financiera para realizar compras, lo que genera una mayor demanda de crédito.
2. Tasas de interés bajas:
La decisión de la Reserva Federal de mantener bajas las tasas de interés ha hecho que pedir dinero prestado sea más asequible, alentando a las personas a solicitar nuevos créditos.
3. Transferencias de saldo:
Muchos consumidores están transfiriendo los saldos de sus tarjetas de crédito existentes a tarjetas nuevas con tasas de interés más bajas, reduciendo sus pagos mensuales y ahorrando dinero.
4. Mayores recompensas e incentivos:
Los emisores de tarjetas de crédito ofrecen recompensas e incentivos atractivos, como reembolsos, puntos de viaje y bonos de registro, para atraer nuevos clientes.
5. Compras en línea y comercio electrónico:
El auge de las compras online ha hecho que sea más cómodo y necesario disponer de una tarjeta de crédito para realizar compras en Internet.
6. Edificio de crédito:
Algunas personas solicitan nuevas tarjetas de crédito para mejorar sus puntajes crediticios o establecer crédito si no tienen un historial crediticio sólido.
7. Preparación financiera:
En medio de tiempos económicos inciertos, muchas personas están solicitando nuevas tarjetas de crédito como una forma de tener opciones financieras de respaldo en caso de emergencias.
8. Aprobaciones previas y ofertas específicas:
Los emisores de tarjetas de crédito a menudo ofrecen ofertas preaprobadas a clientes existentes o se dirigen a personas en función de su solvencia crediticia, lo que facilita a los consumidores solicitar y obtener nuevas tarjetas.
Estos factores contribuyeron colectivamente al aumento de nuevas solicitudes de tarjetas de crédito y ayudaron a respaldar el gasto de los consumidores y el crecimiento económico en Estados Unidos.