Miedo a represalias: Los sobrevivientes pueden temer represalias por parte del perpetrador o de personas cercanas a él. Este miedo puede ser especialmente fuerte si el perpetrador se encuentra en una posición de poder o autoridad, como un jefe, un maestro o un miembro de la familia.
Vergüenza y culpabilidad: Muchos sobrevivientes de agresión sexual se sienten avergonzados o culpables por lo sucedido, aunque no sea culpa suya. Esto puede dificultarles la denuncia, ya que pueden sentir que merecen la agresión o que deberían haber hecho algo para evitarla.
Estigma social: Todavía existe mucho estigma asociado con la agresión sexual y los sobrevivientes pueden temer ser juzgados o culpados por otros. Esto puede hacer que les resulte difícil presentarse, ya que es posible que sientan que no les creerán ni los apoyarán.
Falta de confianza en el sistema de justicia penal: Muchos sobrevivientes de agresión sexual no confían en que el sistema de justicia penal manejará su caso de manera justa y sensible. Esto puede deberse a una serie de factores, como el hecho de que los casos de agresión sexual suelen ser difíciles de probar, las bajas tasas de condenas por agresión sexual y la posibilidad de que se produzcan contrainterrogatorios traumatizantes.
Barreras financieras: Los sobrevivientes pueden enfrentar barreras financieras para presentar acusaciones de agresión sexual, como el costo de la atención médica, la pérdida de salarios y los honorarios legales. Esto puede dificultarles la obtención del apoyo y los servicios que necesitan, y también puede disuadirlos de denunciar la agresión a las autoridades.
Falta de apoyo: Es posible que los sobrevivientes no tengan acceso al apoyo que necesitan para presentar acusaciones de agresión sexual. Esto puede incluir apoyo emocional de amigos y familiares, así como apoyo práctico, como representación legal y asistencia financiera. Sin apoyo, los sobrevivientes pueden sentir que están solos y que no tienen a quién recurrir.
Como resultado de estos factores, muchos sobrevivientes de agresión sexual optan por no denunciar. Esto puede tener una serie de consecuencias negativas, como que el perpetrador pueda continuar agrediendo a otros, que el sobreviviente no reciba la ayuda y el apoyo que necesita y la perpetuación del ciclo de violencia sexual.