El estudio, publicado en la revista "Anthrozoös", encontró que las personas eran más propensas a calificar a los perros como agresivos si tenían ciertas características físicas, como una cabeza grande, un hocico largo y un pelaje oscuro.
Los investigadores creen que estas características físicas pueden estar asociadas con ciertas razas de perros conocidos por ser agresivos, como los pitbulls y los rottweilers. Sin embargo, los investigadores también descubrieron que las personas eran más propensas a calificar a los perros como agresivos si simplemente no estaban familiarizados con la raza.
Esto sugiere que es más probable que las personas hagan juicios negativos sobre perros que no conocen, simplemente porque no los conocen.
Los investigadores dicen que sus hallazgos podrían tener implicaciones sobre cómo las personas interactúan con los perros. Por ejemplo, es más probable que las personas que temen a los perros los eviten, incluso si son amigables. Esto podría hacer que los perros estén menos socializados y sean más propensos a desarrollar problemas de conducta.
Los investigadores esperan que sus hallazgos ayuden a crear conciencia sobre la importancia de juzgar a los perros en función de su comportamiento individual, más que de su apariencia física.
"Nuestro estudio muestra que las personas hacen juicios rápidos y a menudo inexactos sobre los perros basándose en su apariencia física", dijo la Dra. Carri Westgarth, autora principal del estudio. "Esto puede tener un impacto negativo en los perros, que pueden ser evitados o incluso maltratados debido a su apariencia".
"Esperamos que nuestros hallazgos ayuden a crear conciencia sobre la importancia de juzgar a los perros en función de su comportamiento individual, en lugar de su apariencia física", añadió Westgarth.