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    ¿Demasiado bonito para la construcción? Descubriendo el sesgo de género en la contratación de trabajos 'masculinos'
    Título:Descubriendo el sesgo de género en la contratación:más allá de la construcción

    Introducción:

    El sesgo de género en el lugar de trabajo es un problema generalizado que afecta a las mujeres en diversas industrias. Si bien la industria de la construcción a menudo se asocia con percepciones de masculinidad, es esencial reconocer que los prejuicios de género van más allá de este sector específico y se extienden a una gama más amplia de trabajos tradicionalmente masculinos. Este artículo pretende arrojar luz sobre las formas sutiles pero significativas de prejuicios de género que continúan dando forma a las prácticas de contratación y limitando las oportunidades de las mujeres más allá de los roles relacionados con la construcción.

    1. Atributos laborales estereotipados:

    - Los gerentes de contratación pueden asociar inconscientemente rasgos masculinos como la fuerza, la capacidad física y la decisión como esenciales para los trabajos masculinos, lo que lleva a la percepción de que las mujeres son menos adecuadas para estos roles.

    2. Títulos de trabajo masculinos:

    - Incluso en ocupaciones dominadas por mujeres, ciertos títulos de trabajo que suenan masculinos pueden desanimar a las candidatas. Los títulos de trabajo neutrales en cuanto al género pueden crear un entorno de contratación más inclusivo.

    3. Sesgo de networking:

    - En industrias dominadas por hombres, las mujeres pueden tener un acceso limitado a redes profesionales, perdiendo oportunidades de referencias, tutorías y vacantes laborales que a menudo surgen a través de estas conexiones.

    4. Sesgo de la entrevista:

    - Durante las entrevistas pueden manifestarse prejuicios de género inconscientes. Los comportamientos comúnmente atribuidos a las mujeres, como ser más empáticos o colaborativos, podrían percibirse como indeseables en trabajos masculinos.

    5. Prácticas Organizacionales:

    - Las culturas laborales masculinas pueden reforzar inadvertidamente los estereotipos de género. Por ejemplo, esperar que los empleados trabajen muchas horas o asistan a reuniones sociales que pueden no ser propicias para los compromisos familiares de las mujeres.

    6. Percepción de la fuerza física:

    - En los sectores que exigen fuerza física, se podría suponer que las mujeres no pueden soportar los rigores del trabajo, sin tener en cuenta el hecho de que los requisitos de fuerza varían según los roles laborales.

    7. Tokenismo y aislamiento:

    - Incluso cuando las mujeres irrumpen en industrias dominadas por hombres, pueden ser empleadas simbólicas y a menudo aisladas, lo que puede obstaculizar su progresión profesional.

    8. Lenguaje y Comunicación:

    - Las conversaciones informales en el lugar de trabajo pueden contener humor masculino o referencias que excluyen y alienan a las mujeres. La elección del idioma puede perpetuar un entorno incómodo para las mujeres.

    9. Falta de modelos a seguir:

    - La ausencia de modelos femeninos en puestos masculinos refuerza la idea de que estos puestos no son adecuados para las mujeres.

    10. Percepción de ambición:

    - Las mujeres que muestran asertividad o ambición pueden enfrentar reacciones negativas o ser etiquetadas como "agresivas", mientras que los hombres pueden ser vistos como líderes seguros.

    11. Equilibrio entre carrera y familia:

    - Las percepciones tradicionales pueden suponer que las mujeres priorizan las responsabilidades familiares sobre el avance profesional, lo que genera prejuicios contra las madres o las mujeres que planean tener hijos.

    12. Instalaciones del lugar de trabajo:

    - Las industrias masculinas pueden carecer de instalaciones y políticas adecuadas para satisfacer las necesidades de las mujeres, como alojamiento relacionado con el embarazo.

    Conclusión:

    El sesgo de género es un problema multifacético que opera más allá de la industria de la construcción y afecta las decisiones de contratación en trabajos tradicionalmente masculinos. Para construir un lugar de trabajo más inclusivo y equitativo, las organizaciones deben reconocer estos prejuicios, abordarlos de frente e implementar estrategias proactivas para atraer, retener y empoderar a las mujeres en diversos roles. Desafiar los estereotipos, promover un lenguaje y prácticas laborales neutrales en cuanto al género y fomentar la creación de redes inclusivas pueden allanar el camino para una fuerza laboral más diversa y justa que beneficie tanto a las mujeres como a las organizaciones en su conjunto.

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