1. Edad y etapa de desarrollo: Los niños más pequeños (edad preescolar) tienden a mostrar una mayor confianza en los humanos, principalmente en sus padres o cuidadores, para aprender nueva información. A medida que los niños crecen y desarrollan habilidades de pensamiento más crítico, pueden comenzar a evaluar la información de manera más crítica y considerar la credibilidad de fuentes tanto humanas como robóticas.
2. Contexto y tarea: La naturaleza de la información o tarea puede influir en la confianza de los niños. Por ejemplo, los niños podrían confiar más en los robots para obtener información objetiva sobre conceptos científicos, mientras que podrían confiar más en los humanos para asuntos personales o emocionales.
3. Experiencia de la fuente: Los niños tienden a confiar en fuentes que perciben como conocedoras y competentes. Si un robot se presenta como un experto en un área específica, los niños podrían dar más peso a la información que proporciona.
4. Señales sociales y vínculos emocionales: Los seres humanos transmiten naturalmente emociones y señales sociales a través de expresiones faciales, tono de voz y lenguaje corporal. Los niños pequeños, en particular, suelen responder positivamente a las señales emocionales y generan confianza a partir de estas interacciones. Es posible que los robots necesiten simular dichas señales sociales de manera efectiva para ganarse la confianza de los niños.
5. Factores culturales y ambientales: Los antecedentes culturales, las experiencias y las actitudes sociales hacia la tecnología pueden moldear las percepciones de los niños sobre los robots y su credibilidad como fuentes de información.
En general, los estudios indican que, si bien los robots pueden ser eficaces a la hora de impartir contenidos educativos, generar confianza en los niños requiere una cuidadosa consideración de los factores de desarrollo, la naturaleza de la información y las estrategias de comunicación eficaces. En general, un enfoque equilibrado que implique interacciones humanas y robóticas puede crear un entorno de aprendizaje propicio para los niños.