Si bien el vigorizante café de la mañana puede resultar más barato cuando hay grandes fluctuaciones en el precio del mercado mundial, suponen una importante carga psicológica adicional para los agricultores que cultivan el café.
Esto está documentado en un nuevo estudio internacional sobre el efecto de la incertidumbre sobre los ingresos en la salud mental de los productores de café vietnamitas. El estudio "La volatilidad de los precios de las materias primas y el bienestar psicológico de los agricultores" fue realizado por Finn Tarp junto con Saurabh Singhal de la Universidad de Lancaster. Está publicado en el American Journal of Agriculture Economics .
"Nuestros resultados sugieren que no sólo la pobreza, sino también el riesgo de pobreza causado por la fluctuación de los precios tiene un efecto negativo adicional significativo en el bienestar mental de los agricultores en los países de bajos ingresos", dice Finn Tarp, profesor de la Universidad de Copenhague. y Coordinador del Grupo de Investigación en Economía del Desarrollo (DERG).
Según la OMS, la mala salud mental es uno de los componentes más importantes de la carga mundial de morbilidad. Esta carga la soportan en gran medida las personas de los países de bajos ingresos, ya que las enfermedades mentales y la pobreza están estrechamente relacionadas. Se estima que hasta el 80% de los trastornos depresivos del mundo ocurren en países de ingresos bajos y medios, pero a menudo se pasan por alto, aunque deberían estar en el centro de la lucha contra las múltiples dimensiones de la pobreza.
"Los crecientes costes socioeconómicos de las enfermedades mentales son, con razón, una creciente preocupación internacional. Por lo tanto, es imperativo investigar las fuentes subyacentes de las enfermedades mentales y formular respuestas de política económica e intervenciones sociales eficaces", afirma Finn Tarp.
En Vietnam, los precios volátiles del café contribuyen a la carga de salud mental al reducir las expectativas de los agricultores sobre las perspectivas económicas futuras, aumentar su carga cognitiva y su consumo de alcohol, y al reducir el capital social de los agricultores. También duermen peor, se sienten más solos, están deprimidos, no pueden concentrarse tan bien como antes y sienten una ansiedad mucho más difusa en una vida diaria que ya es extremadamente tensa.
El nuevo estudio no sólo nos dice algo sobre la salud pública en Vietnam. Según los investigadores, es probable que los resultados sean transferibles a otros países de ingresos bajos y medios cuyas poblaciones dependen en gran medida de las exportaciones agrícolas.
El estudio señala la necesidad de redes de seguridad social eficaces para proteger a los pequeños agricultores de las fluctuaciones de precios en el mercado mundial.
"Los gobiernos deberían considerar la posibilidad de introducir políticas que estabilicen los ingresos de los agricultores, por ejemplo ofreciendo seguros de precios o aumentando el acceso a la gestión de riesgos basada en el mercado", sugiere Finn Tarp.
"Al mismo tiempo, es importante sensibilizar a los agricultores sobre el problema particular de las enfermedades mentales y ofrecer apoyo a los afectados. Es necesaria una mayor riqueza material para luchar contra la pobreza, pero se necesita más para mejorar la calidad de vida de las personas. "
Más información: Saurabh Singhal et al, Volatilidad de los precios de las materias primas y bienestar psicológico de los agricultores, American Journal of Agriculture Economics (2024). DOI:10.1111/ajae.12468
Proporcionado por la Universidad de Copenhague