Pídele a tu hijo o hija, sobrina o sobrino que te haga un dibujo de un entrenador deportivo. Lo más probable es que dibujen a un hombre. ¿Por qué?
Nuestra última investigación publicada en Psicología del Deporte y el Ejercicio sugiere que las creencias de los niños están determinadas por lo que experimentan.
En lo que respecta al deporte, la mayoría de los entrenadores son hombres. Sin embargo, nuestro estudio muestra que cuando los niños están expuestos a más entrenadoras, sus percepciones y actitudes cambian positivamente, desafiando la imagen tradicional de un entrenador.
En Australia, las mujeres representan solo el 15 % de los entrenadores deportivos de alto rendimiento acreditados, con una representación similar en el deporte comunitario.
Entonces, ¿dónde están todas las mujeres?
Las investigaciones han identificado numerosas razones por las que existen pocas entrenadoras, y el sesgo de género suele estar en el centro de los debates.
La visión histórica y dominante en la sociedad es que un entrenador calificado es alguien duro, agresivo y emocionalmente enfocado en el éxito competitivo, rasgos que generalmente se asocian con los hombres.
Esta visión es efectivamente un sesgo. Podemos ser conscientes de los prejuicios que tenemos, o pueden ser inconscientes para nosotros y afectar nuestro comportamiento sin saberlo.
Estos prejuicios afectan los esfuerzos por incorporar a más mujeres a puestos de liderazgo deportivo, incluido el de entrenadora, ya que pueden ser vistas como menos capaces en comparación con los hombres.
La teoría cognitiva social sugiere que los sesgos se forman a través de nuestras interacciones sociales. Desde una edad temprana, los niños comienzan a categorizar el mundo que los rodea a través de sus primeras experiencias sociales, y los niños pequeños que participan en deportes pueden comenzar a formar esquemas (ideas preconcebidas) de conceptos relacionados con el deporte (como sus entrenadores).
Dado que los hombres están sobrerrepresentados en roles de entrenador, no es de extrañar que los niños aprendan a asociar a los hombres con el entrenamiento. En última instancia, esto refuerza la visión social dominante de que los hombres son más adecuados para estos roles.
Este es un problema real, ya que las niñas pueden internalizar la creencia de que no hay lugar para ellas en el liderazgo deportivo o, peor aún, pueden persistir ideas tóxicas que sustentan la violencia contra las mujeres.
Entonces, ¿podemos cambiar el sesgo? En pocas palabras, sí.
Una mayor visibilidad y experiencia con las mujeres como entrenadoras, especialmente a una edad temprana, servirá para cambiar la idea de cómo "luce" en la mente un entrenador deportivo. En última instancia, esto puede minimizar el estereotipo social profundamente arraigado de que los líderes deportivos son hombres.
Proporcionado por The Conversation
Este artículo se vuelve a publicar desde The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.