Piense rápidamente en la última vez que navegó por las redes sociales. Quizás fue esta mañana, anoche o hace unos minutos. ¿Qué recuerdas? Una cosa que seguramente recordarás es el flujo continuo de personas influyentes que muestran su contenido más reciente.
Estos podrían ser vídeos de personas influyentes que hablan sobre los últimos productos para el cuidado de la piel, los lugares más modernos para comer, sus últimas compras o los paquetes de relaciones públicas que recibieron de varias marcas.
Gran parte de la influencia de las redes sociales tiene como objetivo lograr que los consumidores compren más productos. Sin embargo, existe un grupo contrastante de personas influyentes que utilizan su presencia en línea para abogar por cambiar la forma en que las personas compran y consumen.
En nuestra investigación publicada recientemente, analizamos esta subcategoría de personas influyentes para comprender cómo utilizan las redes sociales para hacer campaña para llevar un estilo de vida más sostenible, saludable y ético.
Nos referimos a ellos como personas influyentes éticas. Incluyen aquellos cuyo contenido está dedicado a educar a sus audiencias en línea sobre el impacto de los hábitos de consumo cotidianos en el medio ambiente. Esto puede tomar la forma de personas influyentes veganas que piden al público que evite el uso de animales en la comida, la ropa o el entretenimiento.
También pueden ser personas influyentes en materia de sostenibilidad pidiendo al público que reduzca su consumo, minimice el desperdicio, recicle, compre menos y reutilice más. En general, abogan por nuevas formas de vivir y consumir.
A diferencia de otros influencers de estilo de vida, los influencers éticos enfrentan dos desafíos únicos que les dificultan la creación de sus perfiles en línea.
En primer lugar, deben ofrecer un primer plano de su vida cotidiana para demostrar el nuevo estilo de vida a su audiencia. Esto es diferente de otros influencers que podrían evitar compartir su vida personal y representar una personalidad pública bien seleccionada que puede contrastar enormemente con su vida privada.
Los influencers éticos se esfuerzan por ser lo más personales y auténticos posible al compartir su vida, prácticas y luchas cotidianas.
Proporcionar ese tipo de mirada cercana a sus propias vidas a veces puede ponerlos en mayor riesgo de escrutinio, ya que las audiencias en línea evalúan e interactúan constantemente con su contenido.
En segundo lugar, los influencers éticos pretenden llegar a una audiencia diversa, algunos de los cuales no necesariamente están interesados en el nuevo estilo de vida. Debido a que los influencers éticos intentan fundamentalmente promover ciertas elecciones y hábitos de estilo de vida, necesitan conectarse con una amplia gama de personas para convencerlas de que modifiquen sus creencias y comportamiento.
Esta distinción los pone en contra de los algoritmos de las redes sociales y las normas de las relaciones parasociales que favorecen las conexiones basadas en intereses o estilos de vida similares.
Ante estos desafíos, ¿cómo navegan los influencers éticos en este terreno fangoso?
Descubrimos que los influencers éticos utilizan cinco estrategias:actuar, humanizar, encuadrar, pivotar y evangelizar. Para aquellos que estén pensando en crear un perfil en línea similar, estas estrategias les ayudarán a ganar audiencia.
Actuar es mostrar paso a paso la experiencia y el compromiso de los influencers éticos ante las nuevas prácticas de consumo.
Por ejemplo, Lauren Singer, una influenciadora ambiental, publica periódicamente su experiencia sobre formas de reducir el desperdicio. Singer es famosa por meter todos los residuos que produjo en dos años en un tarro Mason de 16 onzas. Actuar ayuda a los influencers éticos a establecer legitimidad ante su audiencia.
La humanización se muestra compartiendo historias personales que podrían no estar directamente relacionadas con el consumo verde. Aquí, los influencers éticos pueden hablar sobre la última reunión de trabajo, la nueva incorporación de un miembro de la familia o la nueva ruta de senderismo con su mascota. La humanización ayuda a fomentar algún tipo de relación parasocial con la audiencia. Los muestra como seres humanos, no simplemente agentes de cambio.
El encuadre pone de relieve las prácticas de consumo no deseadas. Por ejemplo, quienes influyen en la ética hablan de los peligros de utilizar detergentes envasados en recipientes de plástico, ya que agotan los recursos de la Tierra. Otras publicaciones incluyen personas influyentes éticas que discuten el abuso animal en la producción de cosméticos. El encuadre ayuda a su audiencia a delimitar las prácticas deseadas y las no deseadas en su vida cotidiana.
Pivotar consiste en vincular audiencias con empresas éticas para que puedan navegar mejor en el mercado con sus innumerables opciones. No se trata tanto de publicidad de marca ni de colaboración monetizada, sino de revisiones sobre el desempeño ético del producto. Pivotar ayuda al público a encontrar sustitutos para sus productos diarios que estén en consonancia con el estilo de vida nuevo y más sostenible.
Finalmente, la evangelización alimenta un sentido de comunidad entre los miembros. Cambiar nuestro comportamiento y hábitos puede ser un viaje desalentador. Fomentar un sentido de pertenencia ayuda a los miembros en su búsqueda y los protege de volver a caer en sus viejos hábitos. Estas estrategias, combinadas entre sí, permiten a los influencers éticos alcanzar sus objetivos finales.
Si bien los influencers éticos no son nuevos, están aumentando tanto en términos de número de cuentas como de popularidad. Se esfuerzan por conectarse, involucrar y educar al público sobre cómo vivir de manera diferente y tener un impacto positivo en el planeta. Sus esfuerzos los convierten en un recurso valioso a la hora de defender la sostenibilidad, el consumo ético y abordar el cambio climático.
Proporcionado por The Conversation
Este artículo se vuelve a publicar desde The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.