Buen café, mal café:los curiosos gustos de los omnívoros culturales
Los omnívoros culturales son personas económica y culturalmente privilegiadas que pueden disfrutar simultáneamente de actividades intelectuales y populares. Crédito:Shutterstock
Algunas personas que aman la música clásica también bailan con Celine Dion. Otros son aficionados a la cerveza artesanal que también disfrutan de una botella fría de cerveza de mercado masivo en la playa. A algunos les encantan las películas independientes mientras se entregan al placer culpable de las franquicias de gran éxito y los reality shows "basura".
Los científicos sociales llaman a estas personas "omnívoros culturales". La investigación ha demostrado que estos omnívoros son personas económica y culturalmente privilegiadas que pueden disfrutar simultáneamente de productos culturales "cultos" y "bajos".
Como investigadores del consumidor, hemos investigado el fenómeno de los omnívoros culturales. Hemos estudiado el consumo de café en Francia durante 7 años. Eso nos ayudó a comprender cómo las personas desarrollan sus gustos omnívoros.
Cafés tradicionales vs. cafeterías de especialidad
Francia tiene una cultura del café bien establecida. Los primeros cafés de París abrieron en el siglo XVII. Hoy en día, los cafés son lugares sociables que acogen a personas de diversas clases sociales. Cuando los clientes piden un café (normalmente la bebida más barata de la carta), los camareros les traen un espresso amargo que muchos calificarían de malo. Pero a pesar de la calidad del café, los cafés siguen siendo importantes instituciones culturales.
Durante la última década, se han abierto muchas tiendas de café de especialidad en Francia. A diferencia de los cafés tradicionales, estas cafeterías utilizan granos de café de mayor calidad, tostados por artesanos y elaborados por baristas capacitados. El café viene en numerosas variaciones y notas complejas. Suele ser también el doble de caro que el café de las cafeterías tradicionales.
Los consumidores franceses que alguna vez estuvieron satisfechos con el sabor del café primero encontraron que el café de especialidad no les era familiar. Pero una vez que le dieron una oportunidad, entendieron por qué sabía mejor. Aún así, sorprendentemente, continuaron yendo a los cafés tradicionales. Para entender por qué, primero debemos observar el "trabajo de mercado" de los baristas y los esfuerzos que realizan para atraer consumidores a un nuevo mercado.