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El brote del virus COVID-19 en China y las interrupciones de los ferrocarriles en Canadá representan dos estudios de casos clásicos diferentes pero similares.
Nos recuerdan que las naciones y las economías globales están cada vez más interconectadas. Los incidentes a miles de kilómetros de distancia se sienten localmente.
Este es el resultado de la creciente importancia de la infraestructura crítica. Para mitigar estas consecuencias negativas para las organizaciones, como la pérdida de ingresos, clientes perdidos y daño a la reputación:deben tener planes de contingencia bien estructurados y definidos para cumplir con los objetivos operativos.
Lo que se conoce como infraestructura crítica (CI) tiene muchas definiciones diferentes dentro de la literatura académica y entre diferentes gobiernos en todo el mundo. Pero esencialmente CI puede definirse como una infraestructura tan vital que su incapacidad o destrucción tendría un impacto debilitante en la economía y / o la defensa del país, y por lo tanto se convierte en un problema de seguridad nacional.
El gobierno canadiense ha definido 10 sectores considerados críticos para su seguridad nacional. Incluyen transporte, salud, manufactura y gobierno, Sólo para nombrar unos pocos.
Infraestructura vinculada
Antes de los eventos del 11 de septiembre, muchos de esos sectores de CI estaban física y lógicamente separados con poca interdependencia. Sin embargo, Los avances en la tecnología de la información y el requisito de mejorar la eficiencia ha dado lugar a que las infraestructuras se vuelvan más automatizadas e interconectadas.
Pero esto ha resultado en un aumento de las interdependencias entre los elementos y sectores de infraestructura, y creó nuevas vulnerabilidades sistémicas que pueden tener efectos catastróficos en cascada.
Por ejemplo, la falta de disponibilidad de partes del sistema ferroviario (CI de transporte) debido a los bloqueos se traduce en una interrupción grave del sistema de la cadena de suministro del que dependen otras CI. Los alimentos perecederos en los trenes no pueden llegar a los minoristas y consumidores (industria alimentaria) y el acero necesario para crear bienes no se puede entregar a las empresas (industria manufacturera).
El efecto dominó puede ocurrir cuando la sal que viaja en los trenes no puede llegar a las empresas químicas (fabricantes de CI) que luego no pueden producir ácido clorhídrico destinado a la venta a la industria alimentaria (alimentos CI).
Abrumadoras agencias de salud pública
En cuanto al virus COVID-19, está sobrecargando y abrumando a los hospitales de China y a los sistemas de salud pública de otros países (salud CI).
Muchos fabricantes chinos (fabricación de CI) han ralentizado o incluso detenido la producción, ya que animan a los trabajadores a quedarse en casa. Dado que los productos chinos forman una gran parte de la cadena de suministro global para las empresas en Occidente, significa el retraso en la entrega de productos esenciales al mercado occidental.
Para agravar aún más el problema, hay pocas opciones de entrega de aviación porque la mayoría de las principales aerolíneas (transporte CI) han cancelado vuelos a China continental.
Para algunas empresas medianas en Canadá, las apariciones simultáneas del virus COVID-19 y las interrupciones de los ferrocarriles sirven como un "doble golpe" que afecta negativamente las operaciones.
Entonces, ¿cuál es la solución? ¿Cómo pueden las organizaciones seguir siendo resilientes y seguir cumpliendo sus objetivos comerciales en un entorno tan impredecible y altamente interdependiente?
Protección de la infraestructura crítica
Una solución es proteger los diferentes sectores de la infraestructura para que no experimenten interrupciones importantes debido a todo tipo de peligros. Los programas de protección de infraestructura crítica (CIP) involucran a varios niveles de gobierno que trabajan junto con grandes socios del sector privado para compartir inteligencia vital, información y recursos para proteger la economía y el interés nacional.
Después del 11 de septiembre, los gobiernos han tenido que asociarse fuertemente con el sector privado en las iniciativas del CIP. Esto se debe a que alrededor del 85 por ciento de los activos de infraestructura crítica pertenecen y son operados por organizaciones privadas.
Un ejemplo reciente de CIP se demostró cuando el gobierno canadiense trabajó en secreto con CN y CP Rail para mover silenciosamente mercancías vitales colaborando para compartir líneas ferroviarias.
La segunda solución es fundamental para las pequeñas y medianas empresas que no tienen acceso inmediato a los recursos gubernamentales y no pueden depender de una intervención rápida como CP y CN Rail.
Deben controlar de manera proactiva su propio destino al tener planes actualizados de gestión de crisis y continuidad del negocio para minimizar los impactos de las interrupciones de CI en sus operaciones.
Mismos bienes, país diferente
Los planes de continuidad del negocio son esencialmente estrategias de contingencia operativa que aseguran la entrega continua de servicios y productos críticos para la organización.
Por ejemplo, una empresa canadiense que normalmente depende de productos importados de China puede tener acuerdos preestablecidos para obtener los mismos productos de otro país durante el brote de COVID-19, o incluso tener acuerdos de ayuda mutua con competidores para obtener ayuda.
La realización de análisis de impacto empresarial internamente identificará los servicios o funciones esenciales dentro de la organización que requieren planes para la entrega continua durante las interrupciones operativas.
Los planes de gestión de crisis están destinados a orientar la respuesta de la dirección para afrontar la crisis misma hasta que todo vuelva a la normalidad. Gran parte del proceso de gestión de crisis implica definir la estructura de toma de decisiones de una organización, y las comunicaciones entre los tomadores de decisiones y las partes interesadas relevantes.
Los planes de gestión de crisis y continuidad del negocio son herramientas poderosas para que las organizaciones permanezcan resilientes durante las operaciones cuando circunstancias imprevistas interrumpen la disponibilidad de la infraestructura crítica.
Este artículo se ha vuelto a publicar de The Conversation con una licencia de Creative Commons. Lea el artículo original.