Imagen del colmillo de Viperidae recuperado durante el análisis de coprolitos. Tenga en cuenta el canal de veneno. Crédito: Revista de ciencia arqueológica:informes (2019). DOI:10.1016 / j.jasrep.2019.03.032
Un trío de investigadores de la Universidad de Texas A&M y la Universidad Estatal de Wichita ha encontrado evidencia de que un cazador-recolector temprano se comió una serpiente venenosa entera. En su artículo publicado en Revista de ciencia arqueológica , Elanor Sonderman, Crystal Dozier y Morgan Smith describen su estudio de los coprolitos encontrados en un sitio en Texas y los restos de serpientes que encontraron.
En la década de 1960, Los arqueólogos descubrieron un refugio que alguna vez usaron los primeros cazadores-recolectores en la región del Bajo Pecos en Texas, en el cruce de los ríos Pecos y Río Grande. En una parte del refugio encontraron numerosas muestras de coprolito (heces conservadas), sugiriendo que se había utilizado como letrina. Las pruebas de las muestras mostraron que eran de humanos aproximadamente 1, Hace 500 años. Posteriormente, los investigadores recolectaron más de 1000 muestras de coprolitos, algunos de los cuales se estudiaron, otros se colocaron en unidades de conservación. En este nuevo esfuerzo, los investigadores estaban estudiando algunas de las muestras que se habían conservado. Informan que una de las muestras contenía una gran sorpresa, una serpiente venenosa entera sin digerir, menos un colmillo. Señalan que este hallazgo fue el primero y único de su tipo. Se sabía que los primeros cazadores-recolectores comían serpientes, pero siempre cortan las cabezas y otras partes, como sonajeros y huesos.
Los investigadores informan que otra muestra cercana a la que estaban estudiando había sido fechada en 1, 529 a 1, Hace 597 años. Los investigadores señalan que durante ese período de tiempo, las áreas eran cálidas y secas y los humanos hubieran tenido que subsistir de pequeños animales y escasa vegetación. Informan además que además de la serpiente, la muestra de coprolito también contenía un pequeño roedor entero. También hubo evidencia de varias plantas que la persona había comido, como Liliaceae y Agave lechuguilla, y fibras de Dasylirion, que es similar a los espárragos. También encontraron evidencia de que la persona comía Opuntia, más comúnmente conocido como nopal.
Los investigadores especulan que era poco probable que la serpiente fuera consumida por su valor nutricional; lo más probable es que un acto tan peligroso fuera el resultado de participar en un ritual o ceremonia. También señalan que la colocación de la serpiente encerrada en el coprolito hizo que fuera poco probable que la serpiente hubiera llegado de alguna manera a la muestra después de que la persona defecó.
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