Los cambios evolucionados en la forma de la pelvis permiten que los músculos isquiotibiales (rojo) extiendan demasiado la cadera en los seres humanos, pero no en los simios. Crédito: PNAS
Un equipo internacional de investigadores ha encontrado evidencia que sugiere que los cambios evolutivos en la anatomía habrían hecho que caminar fuera más económico sin reducir la utilidad de los músculos para trepar en los primeros homínidos. En su artículo publicado en procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias , el grupo describe el estudio de huesos y fósiles de antepasados humanos y cómo encajan para determinar sus habilidades para caminar y trepar.
Cómo y cuándo los primeros antepasados humanos comenzaron a caminar erguidos sigue siendo un tema de debate entre los científicos, y la investigación continúa para encontrar la respuesta. En este nuevo esfuerzo, los investigadores analizaron de nuevo las ideas convencionales que sugieren que los primeros homínidos que caminaron erguidos probablemente lo hicieron de manera extremadamente torpe, ya que conservaban características físicas que les permitirían escapar de los enemigos trepando a los árboles. Los investigadores sugirieron que si ese fuera el caso, esos primeros homínidos no habrían sobrevivido.
Para probar su teoría, Comenzaron por observar más de cerca la marcha humana y comparar los datos con cómo caminan los simios y los monos. Notaron que el ángulo en el que se unen los huesos de la pierna y la cadera es diferente entre las especies, lo que significa que caminar erguido para los simios y los monos ejerce mucha presión sobre los músculos de los muslos, isquiotibiales y rodillas. Un isquion más corto (hueso curvo en la base de la pelvis) en los humanos permite una extensión completa sin una presión indebida sobre otras partes de la pierna. El resultado neto, los investigadores anotaron, es la capacidad de caminar no solo erguido, pero de manera más eficiente.
Luego, los investigadores observaron la anatomía de los homínidos antiguos, desde Lucy. Todos los miembros de Australopithecus, ellos notaron, tenía un rango de movimiento completo, permitiéndoles caminar erguidos, aun cuando conservaban rasgos que les permitían trepar mucho mejor que los humanos de hoy. Los investigadores también encontraron que un homínido mayor conocido como Ardi, que vivió hace aproximadamente 4,4 millones de años, tenía una anatomía pélvica que le permitía caminar erguido casi tan fácilmente como los humanos modernos, sin embargo, todavía tenía un isquion largo. Esta, el equipo afirma, muestra que los primeros homínidos podían caminar erguidos y trepar a los árboles de una manera relativamente fácil, no con torpeza, como han sugerido otros.
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