La gestión pesquera es una tarea compleja y desafiante. Hay muchos factores a considerar, desde la biología de los peces hasta la economía de la industria pesquera y los impactos sociales y culturales de la pesca. Como resultado, no existe una solución única que funcione para todas las pesquerías.
Sin embargo, existe una tendencia entre algunos administradores pesqueros a creer que existe una única solución "panacea" que resolverá todos los problemas que enfrenta una pesquería. Esto puede conducir a la adopción de políticas que no se basan en datos científicos sólidos o que no son apropiadas para la pesquería específica en cuestión.
Algunos ejemplos comunes de soluciones panaceas en la gestión pesquera incluyen:
* Áreas marinas protegidas (AMP) . Las AMP a menudo se consideran una panacea para la sobrepesca y otros problemas pesqueros. Sin embargo, las AMP sólo pueden ser eficaces si se diseñan y gestionan adecuadamente. Por ejemplo, una AMP que sea demasiado pequeña o que no esté ubicada en un área crítica puede no tener ningún impacto significativo en las poblaciones de peces.
* Cuotas de pesca individuales (IFQ) . Las CIP son otra panacea común en la gestión pesquera. Las CIP dan a los pescadores una asignación específica de pescado que pueden capturar, con el objetivo de reducir la competencia y fomentar prácticas de pesca sostenibles. Sin embargo, las CIP también pueden conducir a la consolidación de la industria pesquera, lo que puede tener impactos negativos en las comunidades costeras.
* Restricciones de equipo . Las restricciones de artes se utilizan a menudo para reducir la cantidad de captura incidental o la captura no intencionada de especies no objetivo. Sin embargo, las restricciones a los artes de pesca también pueden dificultar que los pescadores capturen sus especies objetivo, lo que puede generar dificultades económicas.
Por qué la mentalidad panacea es problemática
La mentalidad de panacea puede resultar problemática para la ordenación pesquera por varias razones. En primer lugar, puede conducir a la adopción de políticas que no se basan en datos científicos sólidos. Esto puede tener consecuencias negativas para las poblaciones de peces, los pescadores y las comunidades costeras.
En segundo lugar, la mentalidad de panacea puede crear expectativas poco realistas sobre lo que puede lograr la ordenación pesquera. Cuando se promete una solución panacea, pero no se cumple, puede generar desilusión y pérdida de confianza en la gestión pesquera.
En tercer lugar, la mentalidad de panacea puede sofocar la innovación y la creatividad. Cuando los administradores pesqueros se concentran en encontrar una solución única a todos los problemas que enfrenta una pesquería, es menos probable que consideren otros enfoques más matizados. Esto puede conducir a la pérdida de oportunidades para mejorar la gestión pesquera.
Más allá de la mentalidad de panacea
Para ir más allá de la mentalidad de panacea, los gestores pesqueros deben adoptar un enfoque más integral y adaptable a la gestión pesquera. Esto significa tener en cuenta las características únicas de cada pesquería y desarrollar políticas que se adapten a las necesidades específicas de esa pesquería.
Los gestores pesqueros también deben ser más realistas acerca de lo que pueden lograr con la gestión pesquera. Deben reconocer que hay algunos problemas que no pueden resolverse con una única solución y que a menudo será necesario hacer concesiones.
Por último, los gestores pesqueros deben estar abiertos a la innovación y la creatividad. Deben estar dispuestos a probar nuevos enfoques y aprender de sus errores.
Al ir más allá de la mentalidad de panacea, los administradores pesqueros pueden mejorar la sostenibilidad de las pesquerías y garantizar la viabilidad a largo plazo de las comunidades pesqueras.