Mortalidad de raíces: Las raíces de los árboles son esenciales para la absorción de agua y nutrientes, así como para anclar el árbol en el suelo. Varios factores, como la sequía, las plagas, las enfermedades y las condiciones del suelo, pueden provocar la mortalidad de las raíces. Cuando se produce la mortalidad de las raíces, puede provocar una disminución de la salud general del árbol y aumentar su susceptibilidad a otros factores estresantes, lo que eventualmente provocará la muerte del árbol.
Descomposición de raíces: La descomposición de las raíces muertas es un proceso crucial que libera nutrientes al suelo, haciéndolos disponibles para otras plantas. Sin embargo, la tasa de descomposición de las raíces puede variar según factores ambientales como la temperatura, la humedad y la actividad microbiana del suelo. Esta variación puede influir en la disponibilidad de nutrientes para los árboles sobrevivientes y la productividad general del ecosistema forestal.
Asociaciones de micorrizas: Muchas especies de árboles forman relaciones simbióticas con hongos micorrízicos, que les ayudan a absorber agua y nutrientes del suelo. Los hongos micorrízicos también pueden brindar protección contra la sequía, las plagas y las enfermedades. La alteración de las asociaciones de micorrizas, debido a factores como cambios ambientales o prácticas de gestión de la tierra, puede debilitar los árboles y aumentar su vulnerabilidad a la mortalidad.
Comunidades microbianas del suelo: La composición y actividad de las comunidades microbianas del suelo desempeñan un papel vital en los procesos de ciclo y descomposición de nutrientes en los ecosistemas forestales. Los cambios en las comunidades microbianas del suelo, causados por perturbaciones o factores estresantes ambientales, pueden afectar la disponibilidad de nutrientes y agua para los árboles, influyendo indirectamente en las tasas de mortalidad forestal.
La incorporación de estos procesos subterráneos en las proyecciones de mortalidad forestal es esencial para mejorar la precisión y confiabilidad de las predicciones. Al considerar las complejas interacciones entre los factores aéreos y subterráneos, los científicos pueden comprender mejor los mecanismos que impulsan la muerte de los árboles y desarrollar estrategias más efectivas para el manejo y la conservación de los bosques frente a los crecientes desafíos ambientales.