El aumento de las precipitaciones en forma de nevadas puede contribuir a que un glaciar avance en lugar de retroceder. Cuando un glaciar recibe más nieve de la que pierde por derretimiento y sublimación, el balance de masa se vuelve positivo y el glaciar puede avanzar. Esto puede ocurrir debido a cambios en los patrones climáticos, como un aumento de las nevadas durante los meses de invierno o temperaturas más frías en el verano que reducen el derretimiento.