El monóxido de carbono es un gas incoloro, inodoro y venenoso. Se libera al aire por la quema de combustibles fósiles, como gasolina, diésel y gas natural. También lo produce el humo del tabaco y las estufas de leña. El monóxido de carbono puede provocar dolores de cabeza, náuseas, confusión y pérdida del conocimiento. En altas concentraciones puede ser fatal.