1. Capa basal: La capa más profunda de la epidermis se llama estrato basal o capa basal. Esta capa está formada por células mitóticamente activas llamadas células basales o queratinocitos.
2. División celular: Las células basales se dividen celularmente, principalmente mitosis, para producir nuevos queratinocitos. Estas células recién formadas comienzan a moverse hacia la superficie de la piel a medida que maduran.
3. Queratinización: A medida que las células se alejan de la capa basal, sufren un proceso llamado queratinización. Durante la queratinización, las células sufren diversos cambios, incluida la acumulación de la proteína queratina, que las fortalece e impermeabiliza.
4. Formación de capas epidérmicas: A medida que las células avanzan por las diferentes capas de la epidermis, se diferencian y adquieren características especializadas en función de su ubicación. Estas capas incluyen el estrato espinoso, el estrato granuloso y el estrato córneo (la capa más externa).
5. Descamación: La etapa final del recambio epidérmico es la descamación. Cuando los queratinocitos llegan al estrato córneo, se llenan de queratina y han perdido sus núcleos y orgánulos. Se aplanan y eventualmente se desprenden de la superficie de la piel. Este proceso ocurre de forma natural y se acelera por factores externos como la fricción y el lavado.
6. Reemplazo: Las células desprendidas son reemplazadas continuamente por células más nuevas que se formaron por división celular en la capa basal. Este ciclo de producción, migración, diferenciación y desprendimiento de células permite el mantenimiento de una epidermis saludable que sirve como barrera entre el cuerpo y el medio ambiente.
Por lo tanto, se forman nuevas células en la capa basal a través de la división celular y reemplazan a las células más viejas a medida que avanzan hacia afuera, se diferencian y, finalmente, se desprenden de la superficie de la piel en un proceso continuo de renovación epidérmica.