Un ejemplo bien estudiado de un parásito que explota las diferencias de género en los huéspedes es el parásito de la malaria, *Plasmodium falciparum*. Es más probable que este parásito infecte a los mosquitos hembras que a los machos. Esto se debe a que las hembras de los mosquitos tienen una mayor concentración de una determinada proteína en su saliva, que el parásito necesita para desarrollarse. Como resultado, los mosquitos hembra tienen más probabilidades de transmitir la malaria a los humanos que los mosquitos macho.
Otro ejemplo de parásito que explota las diferencias de género en los huéspedes es el virus del papiloma humano (VPH). Es más probable que este virus infecte a hombres que a mujeres. Esto se debe a que los hombres tienen más probabilidades de tener múltiples parejas sexuales, lo que aumenta el riesgo de exposición al virus. Además, los hombres tienen más probabilidades de tener una respuesta inmune más débil al VPH que las mujeres, lo que los hace más propensos a convertir el virus en cáncer.
La evolución de los parásitos para explotar las diferencias de género en los huéspedes puede tener un impacto significativo en la salud tanto de los humanos como de los animales. Al comprender cómo los parásitos explotan las diferencias de género, podemos desarrollar estrategias más efectivas para prevenir y tratar las infecciones parasitarias.