1. Pulmones llenos de gas:
- Las tortugas laúd tienen pulmones más grandes en comparación con otras tortugas marinas.
- Pueden llenar sus pulmones de aire antes de sumergirse, aumentando su flotabilidad general.
- A medida que descienden, el aumento de presión comprime el aire en sus pulmones, reduciendo su volumen general y ayudándoles a mantener una flotabilidad neutra.
2. Volumen pulmonar variable:
- Las tortugas laúd pueden ajustar el volumen de sus pulmones contrayendo y expandiendo activamente sus músculos respiratorios.
- Al disminuir el volumen pulmonar, pueden aumentar su densidad y hundirse más profundamente. Por el contrario, expandir sus pulmones les ayuda a flotar más y ascender.
3. Cuerpo plegable:
- Las tortugas laúd tienen una estructura corporal única que les permite cierto grado de compresibilidad.
- Sus caparazones y tejidos corporales son ligeramente flexibles, lo que les permite soportar la alta presión que se encuentra a grandes profundidades. Esta compresibilidad también contribuye a la regulación de la flotabilidad.
4. Depósitos de grasa:
- Las tortugas laúd tienen una gruesa capa de grasa corporal, particularmente alrededor de sus órganos internos y debajo de la piel.
- La grasa es menos densa que otros tejidos corporales, lo que proporciona flotabilidad adicional.
5. Movimientos de las aletas:
- Las tortugas laúd utilizan sus grandes y poderosas aletas tanto para nadar como para controlar la flotabilidad.
- Al ajustar el ángulo y la velocidad de los movimientos de sus aletas, pueden generar sustentación y controlar su ascenso o descenso.
6. Flotabilidad Neutra:
- Las tortugas laúd buscan lograr una flotabilidad neutra durante inmersiones largas para conservar energía.
- Al equilibrar sus volúmenes internos de gas, la compresibilidad del cuerpo y los movimientos de las aletas, pueden minimizar el esfuerzo necesario para mantener una profundidad específica.
Estos mecanismos de regulación de la flotabilidad permiten a las tortugas laúd realizar las inmersiones más largas y profundas registradas entre los reptiles. Pueden sumergirse a profundidades de más de 1.000 metros (3.280 pies) y permanecer sumergidos durante períodos superiores a una hora. Su capacidad para ajustar con precisión su flotabilidad es vital para acceder a presas de aguas profundas, como medusas y calamares, que habitan en la zona crepuscular oceánica.