El equipo descubrió que el efecto letal de la droga es causado por el daño a dos centrales eléctricas dentro de la célula del parásito.
Los hallazgos, publicados en la revista Nature, mejoran la comprensión de cómo funcionan estos medicamentos y, en última instancia, pueden conducir al desarrollo de nuevos tratamientos para enfermedades tropicales.
La enfermedad del sueño africana es una enfermedad causada por un parásito que se transmite al ser humano a través de la picadura de la mosca tsetsé. Se caracteriza por fiebre, debilidad, trastornos neurológicos y, en última instancia, coma. La enfermedad se encuentra en el África subsahariana y afecta a millones de personas.
El tratamiento estándar para la enfermedad del sueño africana es el medicamento pentamidina, que tiene efectos secundarios graves, como presión arterial peligrosamente baja e insuficiencia renal, pero la pentamidina es el único tratamiento disponible para las etapas más graves de la enfermedad cuando el parásito está en el cerebro y médula espinal.
La pentamidina pertenece a una clase de medicamentos llamados diamidinas aromáticas, que se usan comúnmente para tratar enfermedades parasitarias tropicales. Sin embargo, se sabe poco sobre cómo las diamidinas aromáticas matan a los parásitos.
Para abordar esto, investigadores de la Universidad de Glasgow utilizaron técnicas microscópicas avanzadas y biología molecular para investigar cómo la pentamidina mata a T. brucei. Descubrieron que la pentamidina causa daño a dos centrales eléctricas dentro de la célula del parásito:las mitocondrias y el cinetoplasto.
La mitocondria es el centro energético de la célula, donde se produce la mayor parte de la energía. El cinetoplasto es una estructura de ADN única que se encuentra en los tripanosomas y otros protozoos cinetoplastidos, desempeña un papel crucial en la producción de energía y es esencial para la supervivencia.
El estudio es el primero en identificar los objetivos moleculares específicos de las diamidinas aromáticas en los parásitos. Estos hallazgos podrían conducir al desarrollo de nuevos tratamientos para enfermedades tropicales que sean más seguros y eficaces que los tratamientos actuales.