Un nuevo estudio ha descubierto que los embriones humanos entran en contacto con el útero de la madre incluso antes de implantarse. Este hallazgo podría tener implicaciones para comprender cómo se implantan y desarrollan los embriones.
El estudio, publicado en la revista "Nature Communications", fue realizado por investigadores de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido. Los investigadores utilizaron una combinación de técnicas de imagen para rastrear el desarrollo de embriones humanos in vitro. Descubrieron que, tan pronto como 6 días después de la fertilización, los embriones comenzaron a emitir proyecciones largas y delgadas llamadas filopodios. Estos filopodios entraron en contacto con las células del útero, que luego comenzaron a secretar hormonas que ayudaron al embrión a implantarse.
"Esta es la primera vez que hemos podido ver embriones humanos haciendo contacto con el útero con tanto detalle", dijo la Dra. Sarah Bolton, autora principal del estudio. "Este hallazgo sugiere que los embriones son mucho más activos en el proceso de implantación de lo que pensábamos anteriormente".
Los investigadores creen que los filopodios ayudan a los embriones a detectar el entorno del útero y a elegir el mejor lugar para la implantación. También creen que las hormonas secretadas por el útero en respuesta a los filopodios ayudan a crear un entorno favorable para el desarrollo del embrión.
Este estudio podría tener implicaciones para comprender cómo se implantan y se desarrollan los embriones. También podría conducir a nuevos tratamientos para la infertilidad y otros trastornos reproductivos.
- Un nuevo estudio ha descubierto que los embriones humanos entran en contacto con el útero de la madre incluso antes de implantarse.
- Este hallazgo sugiere que los embriones son mucho más activos en el proceso de implantación de lo que pensábamos anteriormente.
- Los investigadores creen que los filopodios ayudan a los embriones a percibir el entorno del útero y a elegir el mejor lugar para la implantación.
- Este estudio podría tener implicaciones para comprender cómo se implantan y se desarrollan los embriones. También podría conducir a nuevos tratamientos para la infertilidad y otros trastornos reproductivos.