Los pingüinos de cresta erguida se distinguen por las llamativas crestas erguidas de plumas amarillas sobre sus ojos. Crédito:Fotografía de Lloyd Davis (lloyddavis.com), CC-BY 4.0 (creativecommons.org/licenses/by/4.0/)
Un nuevo análisis de datos antiguos sugiere que los extraños hábitos de anidación del pingüino de cresta erecta en peligro de extinción (rechazar el primer huevo que ponen) se debe a que no pueden alimentar a dos polluelos, y el segundo huevo más grande tiene más posibilidades de éxito. Lloyd Davis de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda y sus colegas describen estos hallazgos y sus implicaciones para la conservación de los pingüinos en la revista de acceso abierto PLOS ONE el 12 de octubre de 2022.
De todas las especies de pingüinos, los pingüinos de cresta erecta son los menos estudiados, probablemente porque se reproducen en dos grupos de islas aisladas al sureste de Nueva Zelanda, las Antípodas y las Islas Bounty. Lo poco que sabemos sobre ellos sugiere que su número ha disminuido drásticamente en los últimos 50 años. En 1998, Davis y dos colegas visitaron las islas para observar sus inusuales hábitos de cortejo y puesta de huevos. Como estas observaciones siguen siendo los datos más recientes y extensos recopilados sobre los pingüinos de cresta erecta, los investigadores decidieron volver a analizar exhaustivamente los datos para que sirvieran como punto de referencia para futuros estudios y esfuerzos de conservación.
Los pingüinos de cresta erecta adoptan un hábito reproductivo llamado reducción de cría en el que las aves ponen más huevos de los que pueden criar. Los pingüinos de cresta erecta ponen un primer huevo más pequeño, seguido de un segundo huevo más grande, unos cinco días después. Davis y sus colegas encontraron que el primer huevo generalmente se pierde del nido antes o poco después de que se pone el segundo huevo, y los padres a veces rompen o expulsan el huevo deliberadamente. Además, alrededor del 40 por ciento de las parejas de pingüinos que se aparean no incuban el primer huevo. La incubación constante ocurre después de poner el segundo huevo e inicialmente la realizan principalmente las hembras.
La diferencia en el tamaño de los huevos dentro de una nidada de pingüinos de cresta erecta es la más grande para cualquier ave, siendo el primer huevo mucho más pequeño que el segundo. Crédito:Fotografía de Lloyd Davis (lloyddavis.com), CC-BY 4.0 (creativecommons.org/licenses/by/4.0/)
Los investigadores sospechan que los pingüinos de cresta erguida conservan los hábitos reproductivos de sus antepasados, que pusieron y eclosionaron dos huevos. Las aves actuales sacrifican el primer huevo, ya que no pueden proporcionar suficiente comida para dos crías. El primer huevo puede ser pequeño porque se forma cuando la hembra migra a la isla, mientras que el segundo huevo, formado en tierra, tiene menos restricciones y crece.
Este extraño comportamiento va acompañado de sorprendentes fluctuaciones en los niveles hormonales. Un análisis de muestras de sangre recolectadas de los pingüinos mostró que durante la puesta, las hembras tenían niveles de testosterona tan altos como los machos. Sin embargo, los niveles de testosterona disminuyeron en las hembras durante la incubación y aumentaron en los machos, lo que puede ayudar a los machos a proteger el nido y proteger a las hembras en incubación del acoso de otras aves.
Los investigadores advierten que, a menos que los pingüinos de cresta erecta reciban una mayor atención de la investigación y los esfuerzos de conservación, la especie seguirá siendo poco conocida y, en última instancia, su propia supervivencia podría verse amenazada. La evidencia sugiere que el cambio climático está afectando negativamente su reproducción en las Islas Antípodas, con un mayor número de tormentas y deslizamientos de tierra en las últimas décadas arrasando partes de las colonias, matando a los pingüinos que anidan. Además, los cambios en el océano alrededor de las islas ya han provocado el colapso de las poblaciones de pingüinos penacho amarillo del este en la región, y es probable que también perjudiquen al pingüino de cresta erguida.
Los autores agregan:"Este estudio destaca la paradoja de que una especie de pingüino tan intrigante y en peligro de extinción sea tan poco conocida en la actualidad que los mejores datos que tenemos provienen de hace casi un cuarto de siglo. Hay una necesidad urgente de más investigación y una mejor comercialización de la conservación de esta notable especie".