Además de mejorar la absorción de nutrientes, los hongos micorrízicos proporcionan a las plantas de arroz una mejor tolerancia a la sequía y la salinidad. Al ampliar el alcance de las raíces, los hongos pueden extraer agua de capas más profundas del suelo durante períodos de sequía y reducir la pérdida de agua por transpiración. En ambientes salinos, la asociación de micorrizas ayuda a mitigar los efectos nocivos del estrés salino, salvaguardando las plantas de daños y optimizando el crecimiento.
Además, los hongos micorrízicos actúan como un sistema de defensa natural para las plantas de arroz, protegiéndolas contra plagas y patógenos transmitidos por el suelo. La red de hongos actúa como una barrera física, impidiendo que los patógenos lleguen a las raíces. Además, los hongos producen compuestos antimicrobianos que inhiben directamente el crecimiento de microorganismos dañinos, minimizando el riesgo de enfermedades de las raíces.
Para fortalecer la asociación de micorrizas en el cultivo de arroz, son clave las prácticas agrícolas que promuevan condiciones saludables del suelo y fomenten poblaciones microbianas beneficiosas. Estos incluyen el manejo de la materia orgánica, la labranza reducida y prácticas de riego sostenibles. La integración de micorrizas en las estrategias de cultivo de arroz tiene el potencial de aumentar el rendimiento de los cultivos, mejorar la resiliencia de las plantas y promover la agricultura sostenible.