El estudio fue realizado por investigadores de la Universidad de Lincoln en el Reino Unido. Utilizaron una técnica llamada electroencefalografía (EEG) para medir la actividad cerebral de los perros mientras dormían. A los perros se les reprodujo una serie de vocalizaciones humanas, incluidos sus propios nombres, los nombres de otros perros y palabras neutrales.
Los resultados mostraron que los cerebros de los perros respondían de manera diferente a sus propios nombres que a otras vocalizaciones. Esto sugiere que los perros son capaces de procesar vocalizaciones incluso cuando están dormidos, y que pueden aprender nuevas vocalizaciones de la misma manera que aprenden nuevas palabras.
Los investigadores dicen que el estudio tiene implicaciones para comprender cómo se comunican los perros con los humanos. También sugiere que los perros pueden ser más conscientes de su entorno de lo que pensábamos anteriormente.
"Este estudio proporciona nueva evidencia de que los perros pueden procesar vocalizaciones incluso cuando están dormidos", afirmó el Dr. Adrian Morrison, autor principal del estudio. "Esto sugiere que los perros pueden ser más conscientes de su entorno de lo que pensábamos anteriormente".
El estudio también tiene implicaciones para comprender cómo aprenden los perros. "El hecho de que los perros puedan aprender nuevas vocalizaciones incluso cuando están dormidos sugiere que pueden aprender otras cosas de la misma manera", dijo Morrison. "Esto podría tener implicaciones sobre cómo entrenamos a los perros y cómo les ayudamos a aprender nuevos comportamientos".