Hay muchos ejemplos de animales que han evolucionado en los últimos años. Un ejemplo bien conocido es la polilla moteada. En el siglo XIX, la polilla moteada era un insecto de color claro que vivía en Inglaterra. Sin embargo, durante la Revolución Industrial, el aire en Inglaterra se contaminó con hollín, lo que oscureció los árboles y facilitó a los pájaros ver las polillas de colores claros. Como resultado, las polillas de color oscuro tenían más posibilidades de sobrevivir y reproducirse y, con el tiempo, la población de polillas moteadas se volvió de color oscuro.
Otro ejemplo de evolución reciente es la resistencia de las bacterias a los antibióticos. Las bacterias resistentes a los antibióticos tienen más posibilidades de sobrevivir en presencia de antibióticos y pueden reproducirse y transmitir sus genes de resistencia a su descendencia. Esto ha provocado la aparición de bacterias resistentes a los antibióticos, que suponen una importante amenaza para la salud pública.
Los animales también pueden evolucionar en respuesta a cambios en su dieta. Por ejemplo, algunas especies de peces han evolucionado para comer algas, mientras que otras han evolucionado para comer insectos. Esto puede provocar cambios en el tamaño, la forma y el color del pez, así como en su comportamiento y fisiología.
En general, hay muchos ejemplos de animales que han evolucionado en los últimos años y hay pruebas de que la evolución todavía se produce en la actualidad.