Trabajando con casi 3000 observaciones en casi 1500 combinaciones huésped-parásito, investigadores de la Universidad de Notre Dame han descubierto que la pérdida de biodiversidad, la contaminación química, las especies introducidas y el cambio climático, pero no la urbanización, están impulsando un aumento en el riesgo de enfermedades infecciosas.
A medida que aumenta el número de enfermedades infecciosas emergentes en organismos de todo el árbol de la vida, incluidos los humanos, se vuelve cada vez más importante comprender qué impulsa la propagación de enfermedades y si las acciones humanas son parte de la causa. Esta información ayudará en las estrategias de manejo de enfermedades y a predecir el potencial de propagación de enfermedades dado un conjunto de cambios ambientales o de otro tipo.
Estos esfuerzos son importantes no sólo para las enfermedades que podrían infectar a los humanos sino también para las enfermedades de otros animales que pueden provocar enfermedades humanas. Las enfermedades de las plantas también pueden tener un impacto masivo en la agricultura y la seguridad alimentaria.
En concreto, el nuevo estudio publicado en Nature apunta a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar los esfuerzos de gestión de ecosistemas como pasos clave para limitar la carga de enfermedades en humanos, otros animales y plantas.
Más información: Jason Rohr, Un metaanálisis sobre los impulsores del cambio global y el riesgo de enfermedades infecciosas, Naturaleza (2024). DOI:10.1038/s41586-024-07380-6. www.nature.com/articles/s41586-024-07380-6
Información de la revista: Naturaleza
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