Hay una multitud de razones por las cuales las personas pueden quedarse sin trabajo, incluidos factores fuera de su control, como recesiones económicas, cambios industriales, avances tecnológicos o cambios organizacionales. Descartar las experiencias de los desempleados afirmando que sus currículums "no son buenos" es desdeñoso e inexacto.
Además, pasa por alto las fortalezas, habilidades y experiencias que un individuo puede poseer a pesar de estar desempleado. El valor y las capacidades de una persona no se definen únicamente por su situación laboral. Hay muchas personas valiosas y talentosas que pueden encontrarse entre trabajos debido a diversas circunstancias, y es injusto y degradante hacer generalizaciones sobre su valor basándose únicamente en su situación laboral.
Es importante abordar el desempleo con compasión, comprensión y reconocimiento de los complejos factores que pueden contribuir a él. Las personas que están desempleadas deben ser tratadas con respeto y sus talentos, experiencias y potencial únicos deben ser reconocidos y valorados, independientemente de su situación laboral actual.