Una forma en que las empresas penitenciarias privadas influyen en la política de inmigración es a través de contribuciones de campaña a los políticos. En el ciclo electoral de 2016, por ejemplo, las tres mayores empresas penitenciarias privadas donaron más de 1 millón de dólares a candidatos federales, y la mayor parte de ese dinero se destinó a los republicanos. Este dinero da a las empresas penitenciarias privadas acceso a políticos y tomadores de decisiones, y puede influir en sus puntos de vista sobre la política de inmigración.
Las empresas penitenciarias privadas también utilizan sus ganancias para ejercer presión a favor de políticas que beneficien a su industria. Financian grupos de expertos y grupos de defensa que promueven una mayor aplicación de la ley y la detención de inmigrantes, y contratan a ex funcionarios gubernamentales para que ejerzan presión en su nombre. Estos esfuerzos han tenido éxito en moldear la opinión pública y las políticas sobre inmigración.
Además de sus esfuerzos directos de lobby, las empresas penitenciarias privadas también se benefician del clima político más amplio de Estados Unidos. La administración Trump ha adoptado una línea dura en materia de inmigración y esto ha creado un entorno más favorable para las empresas penitenciarias privadas. La administración ha aumentado los fondos para la detención de inmigrantes y ha propuesto políticas que facilitarían la detención y deportación de inmigrantes.
Como resultado de estos factores, las empresas penitenciarias privadas se han convertido en actores cada vez más poderosos en el debate sobre la política de inmigración. Tienen un gran interés en que aumenten las detenciones y controles migratorios, y están utilizando su dinero e influencia para dar forma a las políticas en consecuencia. Esto plantea serias preocupaciones sobre la influencia de los fines de lucro privados en las decisiones de política pública y resalta la necesidad de una mayor supervisión de la industria penitenciaria privada.
A continuación se muestran algunos ejemplos específicos de cómo las empresas penitenciarias privadas han influido en la política de inmigración:
* En 2017, la administración Trump anunció una nueva política de "tolerancia cero" para la inmigración indocumentada. Esta política resultó en un fuerte aumento en el número de inmigrantes detenidos en la frontera y ha llevado a la separación de miles de familias. Las empresas penitenciarias privadas han sido las principales beneficiarias de esta política, ya que tienen contratos para operar muchos de los centros de detención donde se encuentran estos inmigrantes.
* En 2018, la administración Trump propuso una regla que facilitaría que el gobierno detuviera inmigrantes indefinidamente. Esta regla tendría un impacto devastador en las vidas de los inmigrantes y también beneficiaría a las empresas penitenciarias privadas, ya que podrían retener a más inmigrantes durante períodos de tiempo más largos.
* En 2019, la administración Trump anunció una nueva política que permitiría al gobierno detener a solicitantes de asilo en México. Esta política ha sido ampliamente condenada por grupos de derechos humanos y ya está teniendo un impacto negativo en las vidas de los solicitantes de asilo. Es probable que las empresas penitenciarias privadas también se beneficien de esta política, ya que podrían ser contratadas para operar centros de detención en México.
Estos son sólo algunos ejemplos de cómo las empresas penitenciarias privadas están influyendo en la política de inmigración. Su papel en el sistema de inmigración genera serias preocupaciones sobre la influencia de los fines de lucro privados en las decisiones de política pública y resalta la necesidad de una mayor supervisión de la industria penitenciaria privada.