El último rey cruzado, Luis IX de Francia, no murió de escorbuto. Murió de disentería durante la Octava Cruzada en 1270. El escorbuto es una enfermedad causada por una deficiencia de vitamina C, que se encuentra en las frutas y verduras frescas. Durante la Edad Media, el escorbuto era un problema común entre marineros y soldados que permanecían alejados de alimentos frescos durante largos períodos de tiempo. Sin embargo, el ejército de Luis IX estaba bien abastecido de alimentos frescos, por lo que es poco probable que muriera de escorbuto.