"Muchos modelos económicos suponen que las personas siempre toman decisiones racionalmente basándose en información veraz. Pero, en realidad, las personas a menudo se encuentran con engaños y deben tomar decisiones basándose en información incompleta o incluso engañosa", dice el profesor Sato. "Estábamos interesados en cómo se moldean las decisiones de los individuos y los resultados económicos generales cuando la gente sabe que les pueden mentir".
Los investigadores reclutaron a unos 1.600 participantes y los dividieron aleatoriamente en dos grupos. A un grupo se le informó que el experimentador diría la verdad, mientras que al otro se le informó que el experimentador podría engañarlos ocasionalmente.
Los investigadores descubrieron que los participantes del grupo a quienes se les dijo que podrían mentirles tomaron decisiones diferentes a las de aquellos a quienes se les dijo que el experimentador no los engañaría. Por ejemplo, al decidir entre una opción segura con una cierta rentabilidad y una opción arriesgada con una rentabilidad potencialmente mayor, aunque incierta, era menos probable que los participantes eligieran la opción arriesgada si pensaban que posiblemente estaban siendo engañados.
Los investigadores observaron cambios en las decisiones no sólo en decisiones únicas, sino también en la toma de decisiones secuenciales donde las personas podían aprender de experiencias pasadas. Incluso después de saber si la información pasada era veraz o no, los participantes en el grupo de "posible engaño" ajustaron sus decisiones de manera adversa al riesgo.
Los investigadores también analizaron cómo las decisiones de los individuos podrían afectar la economía en general. Construyeron un modelo económico simple que incorpora el engaño. El modelo predice que las actividades económicas pueden estancarse cuando no hay garantía de que la información sea veraz, ya que las personas tienden a tomar decisiones menos riesgosas.
"Existe un delicado equilibrio entre los beneficios económicos potenciales de las interacciones que involucran información falsa y las pérdidas potenciales debidas a un menor incentivo para comerciar cuando los agentes temen el engaño", dice el profesor Sato. "Esperamos que nuestra investigación contribuya al trabajo futuro que estudie cómo las instituciones y políticas económicas pueden fomentar un comportamiento veraz y facilitar intercambios eficientes entre las personas".
Esta investigación fue apoyada en parte por JSPS Kakenhi (20H01910, 18H05180, 21H00580), la Fundación Sumitomo y el Instituto de Investigación de Economía, Comercio e Industria (RIETI).