La risa no puede curar enfermedades directamente; sin embargo, existe evidencia de que puede impactar positivamente la salud y el bienestar general, ayudando potencialmente en el manejo de enfermedades. Puede mitigar temporalmente el dolor, estimular el sistema inmunológico, reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo, fomentar las conexiones sociales, promover un mejor sueño y proporcionar un refuerzo emocional positivo. Sin embargo, la risa no debería sustituir los tratamientos médicos habituales.