Estilos de caza:los gatos con dientes de sable eran depredadores de emboscada que confiaban en sus poderosas mandíbulas y largos dientes caninos para acabar con presas grandes. Por lo general, atacaban a herbívoros como mamuts, mastodontes y bisontes acechándolos desde sus escondites antes de asestarles un golpe fatal. Los perros osos, por otro lado, eran depredadores de persecución que perseguían a sus presas utilizando su resistencia y agilidad. Preferían presas más pequeñas como ciervos, alces y conejos. Esta divergencia en los estilos de caza redujo la competencia directa entre los dos depredadores.
Hábitats:los gatos con dientes de sable preferían los pastizales abiertos y las sabanas, mientras que los perros osos preferían ambientes más boscosos. Esta separación del hábitat redujo aún más la probabilidad de encuentros y conflictos.
Preferencias de presa:los gatos con dientes de sable cazaban principalmente herbívoros grandes, mientras que los perros osos buscaban presas más pequeñas. Esta diferencia en la selección de presas ayudó a minimizar la competencia por los recursos.
En resumen, la coexistencia de gatos con dientes de sable y perros osos durante la época del Pleistoceno se puede atribuir a sus distintos estilos de caza, preferencias de hábitat y preferencias de presas. Estos factores permitieron que los dos depredadores coexistieran de manera relativamente pacífica y exitosa en el mismo entorno.