La evolución y presencia de los abuelos en las sociedades humanas se atribuye principalmente a diversos factores biológicos y culturales, como una esperanza de vida más larga, un retraso en la reproducción y las interacciones sociales intergeneracionales. Estos factores han moldeado las sociedades humanas y la dinámica familiar durante miles de años, proporcionando numerosos beneficios, incluido el aumento de la supervivencia infantil, la transmisión cultural y la acumulación de conocimientos y sabiduría dentro de las comunidades.