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    Los ataques preventivos con drones basados ​​en rastros digitales son un área gris según el derecho internacional

    Crédito:Unsplash/CC0 Dominio público

    Identificar a los terroristas mediante el análisis de sus actividades en línea es un enfoque que a veces va en contra del derecho internacional, especialmente si el resultado es la muerte. Un estudio ha documentado esta problemática cuestión legal y ética.



    Hoy en día, prácticamente todo el mundo deja huellas en el mundo digital. Los terroristas no son una excepción. Las agencias de inteligencia se dieron cuenta de esto hace mucho tiempo después de los ataques del 11 de septiembre, antes de Facebook e incluso antes de Myspace, cuando los foros reinaban en Internet y los teléfonos móviles estaban apenas en su infancia. Estados Unidos hizo un uso extensivo de esta ganancia inesperada digital para rastrear a miembros de Al-Qaeda, y otros países pronto siguieron su ejemplo.

    Desde entonces, el análisis de redes sociales (SNA) se ha convertido en una herramienta indispensable en el seguimiento digital. Se utiliza tanto para atrapar a grupos criminales locales como para localizar a terroristas en países en guerra. El SNA también se utiliza en operaciones militares diseñadas específicamente para matar a presuntos miembros de organizaciones terroristas, por ejemplo mediante ataques con drones.

    Un equipo de abogados y sociólogos de la Universidad de Ginebra ha demostrado que este uso preventivo plantea serias cuestiones en el derecho internacional y probablemente conduce a un número significativo de errores.

    Su estudio, que se publicó recientemente en el Journal of Conflict and Security Law , es el primero en combinar la metodología sociológica con el análisis jurídico. Al analizar un conjunto de informes y artículos académicos de historiadores, abogados y periodistas, el equipo evaluó con qué frecuencia se utiliza el SNA en operaciones antiterroristas, cómo se utiliza y con qué fines.

    Son preguntas que a menudo se ven frustradas por la falta de transparencia de las fuerzas armadas, especialmente en situaciones de guerra, como en Siria o Afganistán.

    El contacto con terroristas no te convierte a ti también en terrorista

    Desde el 11 de septiembre de 2001, las operaciones antiterroristas a menudo han sido asimiladas –desde una perspectiva jurídica– a conflictos internacionales. Pero como señala Michael Moncrieff, autor principal del estudio, la lucha contra Al-Qaeda en Afganistán o Daesh en Siria es de naturaleza diferente a un conflicto tradicional. "En la guerra Rusia-Ucrania, hay una distinción clara entre los combatientes:ya sabes quién es quién. Eso es mucho menos claro en la guerra contra el terrorismo".

    Sin embargo, en situaciones de conflicto, el derecho internacional humanitario exige que uno sepa con quién está tratando. Especialmente si tienes la intención de eliminarlos. La ley establece una distinción fundamental entre las fuerzas combatientes (que, desde una perspectiva legal, son los únicos objetivos legítimos de la acción) y todos los demás.

    De hecho, "algunos grupos considerados terroristas cumplen los criterios de 'grupos armados organizados'", explica el coautor del estudio Pavle Kilibarda. "Por lo tanto, se puede considerar que participan en un conflicto armado y se los considera objetivos legítimos según el derecho internacional humanitario".

    Pero si un individuo está afiliado a un grupo terrorista, ¿eso lo convierte en un combatiente por defecto, incluso si, por ejemplo, no participa directamente en las hostilidades? Además, ¿cómo se determina qué constituye afiliación?

    Éstas son preguntas espinosas, especialmente porque la información que llega desde el terreno frecuentemente contiene poco sobre las campañas antiterroristas. La función del SCN suele ser compensar precisamente esta falta de información. En términos generales, la afiliación de un individuo a un grupo determinado está determinada por el tipo de relación (familiar, amigo, conocido) o la frecuencia con la que tiene contacto con un terrorista conocido o presunto en particular.

    Los autores creen que desde una perspectiva jurídica, estos criterios de proximidad no son suficientes para incriminar a un individuo. "Incluso si alguien ha tenido contacto repetido en línea con un terrorista, eso no necesariamente lo convierte en miembro del grupo", cree Moncrieff.

    Ataques con drones basados ​​únicamente en rastros digitales

    El uso del SCN es particularmente problemático si es el único criterio en el que se basan las operaciones para matar terroristas. "Es una situación muy diferente de las investigaciones criminales, donde el SNA se puede utilizar para identificar a los sospechosos como preludio para interrogarlos y establecer su culpabilidad", explica Moncrieff. "Un ataque con drones es por naturaleza definitivo e irreversible."

    Según el investigador, los informes de los testigos tienden a indicar que este tipo de errores se han producido con relativa frecuencia, especialmente en Afganistán. Aunque las fuerzas armadas rara vez son transparentes acerca de sus operaciones, numerosos indicadores convergen para sugerir que el SNA se utiliza ampliamente en operaciones antiterroristas.

    Según algunos expertos sobre el terreno, el 90% de los ataques con aviones no tripulados son, al menos en parte, el resultado de análisis de las redes sociales. De manera similar, las declaraciones de testigos obtenidas de varios estudios independientes sugieren que a menudo se necesita muy poco para que un individuo sea designado terrorista y eliminado. Por ejemplo, los veteranos estadounidenses del conflicto de Afganistán informan que las personas fueron atacadas por el único motivo de que habían estado en compañía de un terrorista.

    Sin embargo, Moncrieff no cree que esto signifique que el SNA deba prohibirse como arma en la lucha contra el terrorismo. "Puede resultar muy útil para comprender las características organizativas de los grupos terroristas, anticipar lo que van a hacer y determinar quién colabora con quién".

    Pero el uso sobre el terreno indica que a menudo se emplea para determinar la afiliación de los individuos a grupos sobre la base de la proximidad. A veces, un simple intercambio online es suficiente. "Por esta razón, el SCN nunca debería ser la herramienta principal, ni siquiera la única, utilizada en decisiones tan irreversibles como la eliminación física".

    Más información: Michael Moncrieff et al, Análisis de redes sociales y contraterrorismo:un arma de doble filo para el derecho internacional humanitario, Journal of Conflict and Security Law (2024). DOI:10.1093/jcsl/krae002

    Proporcionado por la Fundación Nacional Suiza para la Ciencia




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