Un joven científico negro descubrió un tratamiento fundamental para la lepra en la década de 1920, pero un colega mayor se atribuyó el mérito.
La isla de Molokai, donde el Método Ball trató con éxito a enfermos de lepra. Crédito:Albert Pierce Taylor
La enfermedad de Hansen, también llamada lepra, es tratable hoy en día, y eso se debe en parte a un curioso árbol y al trabajo de un joven científico pionero en la década de 1920. Siglos antes de su descubrimiento, quienes la padecían no tenían remedio para los síntomas debilitantes de la lepra o su estigma social.
Esta joven científica, Alice Ball, sentó las bases fundamentales para el primer tratamiento eficaz contra la lepra a nivel mundial. Pero su legado todavía genera conversaciones sobre la marginación de las mujeres y las personas de color en la ciencia actual.
Como bioeticista e historiador de la medicina, he estudiado las contribuciones de Ball a la medicina y me complace ver cómo recibe un reconocimiento cada vez mayor por su trabajo, especialmente en una enfermedad que sigue estigmatizada.
¿Quién era Alice Ball?
Alice Augusta Ball, nacida en Seattle, Washington, en 1892, se convirtió en la primera mujer y la primera afroamericana en obtener una maestría en ciencias del College of Hawaii en 1915, después de completar sus estudios en química farmacéutica el año anterior.
Después de terminar su maestría, la universidad la contrató como química investigadora e instructora, y se convirtió en la primera afroamericana con ese título en el departamento de química.
Impresionado por su tesis de maestría sobre la química de la planta de kava, el Dr. Harry Hollmann de la Estación de Investigación de la Lepra del Servicio de Salud Pública de EE. UU. en Hawaii reclutó a Ball. En ese momento, la lepra era un importante problema de salud pública en Hawái.
Los médicos ahora entienden que la lepra, también llamada enfermedad de Hansen, es mínimamente contagiosa. Pero en 1865, el miedo y el estigma asociados con la lepra llevaron a las autoridades de Hawái a implementar una política de segregación obligatoria, que finalmente aisló a quienes padecían la enfermedad en una remota península de la isla de Molokai. En 1910, más de 600 enfermos de lepra vivían en Molokai.
Esta política afectó abrumadoramente a los nativos hawaianos, que representaban más del 90% de todos los exiliados a Molokai.
La importancia del aceite de chaulmoogra
Los médicos habían intentado utilizar casi todos los remedios imaginables para tratar la lepra, incluso experimentando con sustancias peligrosas como el arsénico y la estricnina. Pero el único tratamiento consistentemente efectivo fue el aceite de chaulmoogra.
El aceite de chaulmoogra se deriva de las semillas del árbol de chaulmoogra. Los profesionales de la salud de la India y Birmania han estado utilizando este aceite durante siglos como tratamiento para diversas enfermedades de la piel. Pero el tratamiento tenía limitaciones y solo tuvo efectos marginales sobre la lepra.
El aceite es muy espeso y pegajoso, lo que dificulta su aplicación sobre la piel. La droga también es notoriamente amarga y los pacientes que la ingirieron a menudo comenzaban a vomitar. Algunos médicos experimentaron con inyecciones de aceite, pero esto produjo pústulas dolorosas.
El método de la pelota
Proporcionado por The Conversation
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