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    Las mujeres deberían ser incluidas en las decisiones sobre la protección de los derechos humanos en la crisis climática, dicen los investigadores

    Crédito:Unsplash/CC0 Dominio público

    El ochenta por ciento de los migrantes climáticos son mujeres y niños. Esta cifra significa que se requiere un nuevo marco legal internacional para proteger los derechos humanos agregando medidas sensibles al género a las políticas y la legislación. Así lo afirma Susana Borràs, investigadora del Departamento de Derecho Público de la Universidad de Rovira en un artículo publicado en la revista Environmental Policy and Law , en el que analiza las complejidades de perpetuar las desigualdades, las vulnerabilidades y la falta de protección de las mujeres y los niños migrantes.



    "El cambio climático es una prueba clara de que los derechos humanos se están debilitando, especialmente en zonas que ya están más expuestas a los efectos del cambio climático y menos resilientes debido al contexto socioeconómico", afirma Borràs. "La desigualdad multidimensional y la inseguridad están presentes durante todo el proceso migratorio y son particularmente críticas en el caso de las mujeres y niñas migrantes", añade.

    Las Naciones Unidas estiman que para 2050, los efectos del cambio climático habrán provocado el desplazamiento de 150 millones de personas o más debido a fenómenos meteorológicos extremos y fenómenos como el aumento del nivel del mar y la desertificación. Asimismo, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático ha pronosticado que en los próximos años la migración sería una de las respuestas al cambio climático, con millones de personas desplazadas por inundaciones costeras, erosión costera, procesos de desertificación y pérdidas en la producción agrícola. P>

    "Las personas que abandonan sus tierras de origen lo hacen en contextos de alta complejidad, en busca de seguridad y bienestar. Están ejerciendo su derecho humano a migrar dignamente a otros territorios seguros, ya sea dentro o fuera de sus países", Borràs lo explica.

    En la tercera década del siglo XXI, la humanidad todavía lucha con las cuestiones vitales de la desigualdad de género, la discriminación y la violencia que enfrentan las mujeres y las niñas; casi la mitad de los 8 mil millones de habitantes del mundo. A pesar de los objetivos de los derechos humanos internacionales y otros instrumentos regulatorios para lograr cambios, en el terreno las actitudes mentales y las duras realidades globales todavía actúan en contra de las mujeres y las niñas.

    Según Borràs, "Los impactos del cambio climático significan que las mujeres, y especialmente las de las comunidades más pobres, enfrentan una gran carga psicológica. Las estructuras de poder conducen a una mayor vulnerabilidad a los fenómenos meteorológicos extremos y a los desastres relacionados con el cambio climático. Esta vulnerabilidad estructural aumenta cuando las mujeres y las niñas se convierten en migrantes climáticas."

    En los últimos años, se han realizado cambios en algunos sectores de la regulación internacional para reconocer el cambio climático como una causa de la migración, incluso desde una perspectiva sensible al género. "Aunque son positivos, estos cambios han demostrado la falta de una visión global que abarque el régimen jurídico internacional de migración y refugio, el cambio climático y los derechos humanos", añade.

    Para concluir, señala que se deben repensar los marcos legales existentes para responder a la realidad de la migración climática desde una perspectiva sensible al género que proteja efectivamente los derechos humanos. Las dinámicas de poder heteropatriarcal, que excluyen a las mujeres de los procesos de toma de decisiones, han impedido que la perspectiva de género se convierta en parte de las políticas y estándares legales para la protección ambiental.

    "Es fundamental revertir el típico papel de víctima asignado a las mujeres y reconocer que ellas pueden ser líderes y agentes del cambio climático y de los contextos migratorios", señala. En este sentido, pide respuestas políticas para adaptar los marcos legales existentes que rigen los refugiados y la migración a los desafíos humanitarios generados por el cambio climático.

    Más información: Bharat H. Desai, Derecho Ambiental Internacional (IEL):Perspectivas de las mujeres académicas, Política y derecho ambiental (2024). DOI:10.3233/EPL-239019

    Proporcionado por Universidad de Rovira i Virgili




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