La mayoría de las organizaciones operan bajo jerarquías de mando:los trabajadores, que conocen la realidad básica, reportan a los gerentes, que conocen el panorama general. Si estos puntos de vista entran en conflicto, ¿qué sucede con el desempeño organizacional?
En un estudio publicado el 31 de marzo en el Journal of Artificial Societies and Social Simulator , Stan Rhodes (Universidad Estatal de Colorado) con la profesora externa de SFI Stefani Crabtree (Universidad Estatal de Utah) y Jacob Freeman (Universidad Estatal de Utah) utilizan un modelo basado en agentes para explorar cómo el desempeño de los grupos jerárquicos varía con los entornos cambiantes.
Los investigadores simularon organizaciones jerárquicas y no jerárquicas mientras respondían a situaciones en dos extremos:cuando las condiciones locales cambiaban sincrónicamente o en momentos escalonados.
En la mayoría de los escenarios, los equipos con una estructura jerárquica obtuvieron mejores resultados que los que no la tenían, con una advertencia crucial:los trabajadores deben tener autonomía para juzgar las aportaciones del gerente a la hora de decidir qué hacer.
La autonomía de los trabajadores, según el estudio, permite que una organización jerárquica aprenda.