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Si no está seguro de si las redes sociales son realmente dañinas para el bienestar mental de los jóvenes, no está solo. Incluso los científicos no pueden ponerse de acuerdo sobre el efecto de las redes sociales en la salud mental de los adolescentes. Algunos investigadores proporcionan evidencia de que el aumento del uso de las redes sociales está relacionado con el aumento de los problemas de salud mental, mientras que otros argumentan que las redes sociales podrían tener efectos positivos. Sin embargo, otros consideran que la mayoría de las investigaciones en este campo son de mala calidad y necesitan un enfoque científico más eficaz.
A la luz de estos puntos de vista científicos contradictorios, los investigadores apoyados por el proyecto TRESCA, financiado con fondos europeos, decidieron averiguar qué pensaban los ciudadanos comunes sobre este tema. La respuesta que recibieron fue inequívoca:la mayoría estuvo de acuerdo en que las redes sociales tienen un efecto nocivo. "Pero la historia es más complicada de lo que parece a primera vista", escribe la Dra. Sara Degli Esposti en un artículo publicado en Science|Business. El Dr. Degli Esposti es investigador en el Instituto de Políticas y Bienes Públicos del proyecto TRESCA, socio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España.
En su encuesta, el equipo del proyecto preguntó a más de 7000 personas de siete países europeos (Alemania, España, Francia, Italia, Hungría, Países Bajos y Polonia) su opinión sobre las redes sociales. A los encuestados, que tenían diferentes edades, géneros y niveles socioeconómicos, se les mostró una declaración de que "varios estudios muestran" que existe un vínculo entre el tiempo frente a la pantalla y la mala salud mental. Con base en esta declaración, el 83 % afirmó que estaba de acuerdo en que había un problema, y el 57 % incluso dijo que consideraría eliminar algunas de sus cuentas de redes sociales.
La importancia de la verificación de datos
Sin embargo, el equipo de investigación les ofreció la oportunidad de verificar esta afirmación por sí mismos, "para hacer una opinión más informada", como señala el Dr. Degli Esposti. El equipo se sorprendió al descubrir que el 77 por ciento estaba interesado en verificar más la afirmación. De los encuestados que verificaron, el 86 por ciento expresó interés en aprender más sobre los efectos de las redes sociales. El porcentaje de personas que considerarían eliminar sus cuentas de redes sociales también aumentó al 62 por ciento, en otras palabras, en un total del 5 por ciento.
"Así que es importante cómo se presenta este tipo de datos polémicos de las ciencias sociales a las personas", observa el Dr. Degli Esposti. "Pero lo que es más importante, muestra que muchas personas están dispuestas, si se les da la oportunidad, a ver los hechos por sí mismos. Curiosamente, hubo algunas diferencias nacionales bastante claras en esta actitud de mostrarme. Los italianos eran los más propensos a querer ver los datos por sí mismos. Los alemanes eran los menos interesados, pero también los que más confiaban en las instituciones. ¿Por qué la diferencia? Historia, cultura, medios, política:hay todo tipo de factores que difieren de un país a otro que afectan la forma en que las personas ven datos polémicos."
El equipo planea continuar su investigación sobre las redes sociales y la desinformación como parte del proyecto TRESCA (Enfoques de comunicación científica confiables, confiables y atractivos). Actualmente están desarrollando una aplicación, Misinformation Widget, o Ms.W., que ayudará a las personas a verificar las afirmaciones científicas que leen en línea. Es una herramienta bastante valiosa si se considera nuestra experiencia de los efectos devastadores de la desinformación sobre las vacunas y las medidas de protección durante la pandemia de COVID-19.