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Un nuevo estudio de Rutgers descubrió que las personas que compraron armas de fuego durante la pandemia de COVID-19 y el aumento nacional en las ventas de armas de fuego tienden a ser más sensibles a las amenazas y tienen menos control emocional y de impulsos que los propietarios de armas de fuego que no compraron durante este tiempo.
En el estudio, que se publicó en la revista Science and Social Medicine , los investigadores encuestaron a 3500 adultos en los Estados Unidos, el 32 por ciento de los cuales poseía un arma de fuego. Si bien los propietarios de armas de fuego en general aún informaron menos control emocional y control de los impulsos que aquellos que no poseían armas de fuego, eran menos sensibles a las amenazas y el miedo.
"Nos enfocamos en aquellos que compraron armas de fuego durante un momento de estrés sustancial con la pandemia de COVID-19, una elección polémica y un gran movimiento de justicia racial tras la muerte de George Floyd", dijo el coautor Taylor R. Rodríguez, miembro de el Centro de Investigación de Violencia Armada de Nueva Jersey, con sede en Rutgers. "Las personas que son sensibles a amenazas como estas y que tienen dificultades con el control de los impulsos están comprando armas de fuego a un ritmo mayor durante este tiempo sin precedentes".
El estudio también indica que aquellos que planean comprar armas de fuego en el próximo año también son propensos a un impulso y control emocional deficientes, lo que puede impulsar decisiones como la compra de armas de fuego.
"Aunque sabemos que el acceso a las armas de fuego aumenta el riesgo de una serie de resultados peligrosos, es posible que la compra de armas de fuego proporcione a estas personas una sensación de seguridad y control", dijo Rodríguez.
La investigación de Rutgers destaca la necesidad de examinar los rasgos de personalidad de quienes compran armas de fuego para comprender mejor estos aumentos repentinos en las ventas de armas de fuego.
"Vivimos tiempos estresantes e inciertos, y las personas que tienden a estar atentas a las amenazas y que toman decisiones precipitadas pueden estar lidiando con eso comprando armas de fuego", dice la coautora Joye C. Anestis, profesora asociada de Rutgers. Escuela de Salud Pública. "La investigación sobre la propiedad de armas de fuego históricamente ha pasado por alto la personalidad como un factor para comprender quién compra armas de fuego y por qué. Nuestros hallazgos resaltan la necesidad de cambiar esa práctica".