* Concentración del olor: Las concentraciones más altas generalmente conducen a olores más fuertes.
* Sensibilidad individual: Algunas personas son más sensibles a ciertos olores que otras.
* Adaptación: La exposición repetida a un olor puede disminuir nuestra percepción de su intensidad.
Sin embargo, se considera que algunas sustancias tienen olores muy fuertes y picantes, como:
* sulfuro de hidrógeno (olor a huevo podrido): Este gas es altamente notable incluso a bajas concentraciones y puede ser peligroso en grandes cantidades.
* mercaptans: Una clase de compuestos que contienen azufre a menudo utilizados como odorantes para el gas natural, tienen olores muy fuertes y desagradables.
* spray de mofeta: Esta secreción nociva contiene compuestos que contienen azufre que son increíblemente potentes y difíciles de eliminar.
* amoníaco: Un olor fuerte y picante a menudo asociado con productos de limpieza.
* Formaldehído: Un gas incoloro con un olor afilado y sofocante utilizado en embalsamamiento y algunos procesos industriales.
En última instancia, el "olor más fuerte" es una cuestión de percepción individual y el contexto en el que se experimenta el olor.