- Céspedes de estación fría: Los campos de golf suelen utilizar pastos de estación fría como Kentucky Bluegrass y Perennial Ryegrass, no nativos de muchas áreas. Estos pueden superar a las plantas nativas y alterar las condiciones del suelo.
- Plantas ornamentales invasoras: Muchas plantas ornamentales no autóctonas se utilizan para el paisajismo de los campos de golf. Algunas, como la madreselva japonesa y la salicaria morada, pueden propagarse y desplazar agresivamente la vegetación nativa.
- Plantas acuáticas: Los estanques de los campos de golf y los elementos acuáticos pueden albergar plantas acuáticas invasoras como el jacinto de agua, la pluma de loro y la milenrama de agua euroasiática. Estos pueden dificultar el flujo de agua, reducir los niveles de oxígeno y afectar negativamente la vida acuática nativa.
- Insectos y Enfermedades: Las actividades de construcción y mantenimiento pueden transportar insectos y enfermedades no nativos. Por ejemplo, el barrenador esmeralda del fresno, un escarabajo invasor y destructivo, puede propagarse a los bosques cercanos a través de leña y equipos.
- Fauna silvestre: Los campos de golf pueden atraer animales salvajes, incluidas especies no autóctonas, como los gansos canadienses. El pastoreo excesivo de los gansos puede degradar el césped y las comunidades de plantas nativas.
Para minimizar la introducción de especies exóticas, los desarrolladores y administradores de campos de golf deben utilizar plantas nativas, seleccionar cuidadosamente especies ornamentales e implementar medidas de bioseguridad para prevenir la propagación de especies invasoras.