¡Sí, puede ser! Muchas especies de aves se benefician de las primeras etapas de la sucesión posterior al incendio en ecosistemas adaptados al fuego. Por ejemplo, algunas aves dependen de áreas quemadas para anidar y buscar alimento debido al aumento de la abundancia de insectos (y a la reducción de la abundancia de depredadores de nidos o del parasitismo de nidos por parte de los tordos de cabeza marrón en algunos ecosistemas). Además, la quema controlada y el raleo mecánico de bosques para reducir el riesgo de incendios forestales se han mostrado prometedores a la hora de restaurar importantes hábitats de aves a largo plazo (aunque dentro de su rango histórico de variabilidad de tamaños y gravedad de los incendios).