1. Rango y distribución nativos:
- Las plantas que se originan en regiones con climas y ambientes similares al sitio potencial de introducción tienen más probabilidades de volverse invasoras.
2. Estrategias reproductivas:
- Las especies con altas tasas de reproducción, abundante producción de semillas y mecanismos de dispersión eficientes tienen mayores posibilidades de expandirse y establecer nuevas poblaciones.
3. Adaptabilidad y Tolerancia:
- Las plantas que pueden tolerar una amplia gama de condiciones ambientales, como variaciones de temperatura, humedad y tipos de suelo, tienen más probabilidades de prosperar en diferentes hábitats.
4. Capacidad competitiva:
- Las especies invasoras a menudo poseen rasgos que les permiten competir con las plantas nativas por recursos como agua, nutrientes y luz solar. Esto puede provocar el desplazamiento de especies nativas.
5. Alelopatía:
- Algunas plantas liberan sustancias químicas que inhiben el crecimiento o la germinación de las plantas vecinas, dándoles una ventaja competitiva en su entorno.
6. Falta de enemigos naturales:
- En ausencia de sus depredadores naturales, herbívoros o enfermedades, las especies de plantas introducidas pueden tener menos controles biológicos para limitar su propagación.
7. Perturbación:
- Las plantas que prosperan en ambientes perturbados, como bordes de carreteras, sitios de construcción o áreas recientemente despejadas, a menudo poseen características que les permiten colonizar rápidamente hábitats perturbados.
8. Plasticidad fenotípica:
- Las especies con alta plasticidad fenotípica pueden adaptar sus rasgos a diferentes ambientes, permitiéndoles establecerse y persistir en diversas condiciones.
9. Actividades Humanas:
- Las acciones humanas, como la introducción intencionada con fines ornamentales o agrícolas, pueden facilitar la propagación de determinadas especies de plantas más allá de sus áreas de distribución naturales.
Si bien estos factores brindan información valiosa, es importante señalar que predecir la invasividad sigue siendo un proceso complejo. Algunas especies pueden poseer múltiples rasgos invasores, mientras que otras pueden tener menos probabilidades de volverse invasivas a pesar de exhibir algunas de estas características. A menudo se utilizan observaciones a largo plazo, estudios de campo y modelos de evaluación de riesgos para refinar las predicciones y evaluar la posible invasividad de las especies de plantas.